El español Rafa Nadal avanzó a una nueva final de Roland Garros tras el retiro del alemán Alexander Zverev, quien se sufrió un esguince en el tobillo derecho.
El partido comenzó con Nadal sirviendo primero y perdiéndolo pese a que comenzó con un 30-0 a favor. El plan del alemán para enfrentar al manacorí estaba saliendo a la perfección en la pista del Philippe Chatrier que estaba con el techo cerrado por la lluvia que caía en París.
El alemán se ponía 1-3 al frente en el partido, pero Nadal estaba jugando 'en el patio de su casa' y la afición claramente estaba con él. El español logró reponerse y se puso 4-3, con una doble oportunidad para el ibérico de empatar el set. Su primera oportunidad pegó una derecha en la red, pero en la segundo logró tras un error no forzado del alemán.
A partir de ahí el partido se emparejó hasta que llegara al 'Tie-Break', en donde Nadal comenzó muy mal y se puso 2-6, pero con la energía que les daba la afición Rafa comenzó a subir su nivel hasta llegar a emparejar el marcador y terminó ganando el set por 7-6 (10-8).
El segundo set fue una montaña rusa y en la que ambos jugadores se llegaron a quebrar el servicio en múltiples oportunidades, incluso Zverev llegó a sacar para empatar a un set por lado, pero Nadal estaba decidido a empatarle el marcador y lo logró, a partir de ahí ambos lograron mantener el saque.
Sin embargo, en el 6-5 con un 40-30, llegó la desafortunada acción en la que Zverev se lesionó el tobillo.
El alemán intentó llegar a un pelota cuando su pie derecho no resbaló como tenía que hacerlo y se le dobló. Se confirmara el 'The-Break', pero los gritos del alemán preocuparon a todos en el Philipe Chartier e incluso a su rival que se acercó.
Zverev abandonó la pista en silla de ruedas para ser revisado en el vestuario. Tras unos minutos regresó en muletos para confirmar que no podría continuar y Nadal avanzó a una nueva final en París.
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