Juego 7 de una Serie Mundial, la máxima expectación en el béisbol.
El astro japonés Shohei Othani, una nueva maravilla de doble vía, enfrenta hoy al veterano de mil batallas, Max Scherzer, un ex-compañero del Coronel Custer, es decir, sobreviviente en Little Bighorn, en un duelo que no espero resulte como el de Jack Morris con John Smoltz en 1991, de solo ceros, pero si lo suficientemente intrigante para mantenernos con los corazones latiendo aceleradamente y la respiración sostenida con pinzas. El momento cumbre de la temporada, el que no tiene más allá. ¿Quién prevalecerá?...Me avisan si ustedes lo saben.
Dicen en Los Ángeles Times, poéticamente, que una vez más, los planetas se han alineado para Shohei Ohtani, que están dadas las condiciones para otro final apoteósico en el último capítulo de este manga de la vida real , y puede que el béisbol nunca vuelva a ser el mismo después de esto. Que Ohtani será el lanzador abridor y bateador en el Juego 7.
Estoy claro, que no hay mejor forma para definir el momento, la trascendencia y el compromiso. No se trata de Ohtani ponchando a Mike Trout para asegurarle el último Clásico a Japón, sino de intentar sujetar a una batería agresiva del 1 al 9, algo que Yamamoto ha hecho lo suficiente dos veces a lo largo de 15 entradas. Es Ohtani ofreciendo su mejor esfuerzo en las dos vías para evitar un desenlace mortal de la agonía, y llevar a los Dodgers al éxito. Una tarea no incluida en los trabajos de Hércules.
El salto de Toronto este año ha sido tan espectacular como la extensión de 8.95 metros registrada por Mike Powell en 1991. Después de terminar últimos del Este en 2024, separados 20 juegos de los líderes Yanquis, los Azulejos lograron nivelarse con ellos en este 2025, alcanzando 94 triunfos y ganando su división, haciendo astillas todos los vaticinios, incluyendo los de su propio periodismo. Luego con el gran descubrimiento de Trey Yesavage y su bateo fluído, han atravesado los Play Offs hasta llegar al Clásico y colocarse en ventaja 3-2. Lamentablemente, después de acercarse 3-1 en el tercer inning del Juego 6, solo tuvieron tres posiciones de anotar antes de ese -aún increíble- inning 9, siendo dos de ellas -en el sexto y séptimo- con dos outs.
Hoy, Schneider vuelve a confiar en Scherzer el viejo zorro con nervios de acero, que aún se siente capaz de ayudarle a Sísifo a llevar la roca a la cima de la montaña en una situación crucial. El lunes en el inolvidable juego de las 18 entradas, Scherzer fue el abridor recorriendo 4 entradas y un tercio, permitiendo 3 carreras producto de 5 hits, entre ellos, jonrones sin embasados de Teoscar Hernández y Ohtani. Obviamente, por el juego sin mañana, después de los abridores veremos un desfile de brazos en la búsqueda de la victoria.
Así que, balanceándose entre la agonía y el éxtasis, va Ohtani contra Scherzer, ambos trabajando bajo presión alrededor de la última incógnita. No apuesten, mejor solo vean el juego cruzando dedos.
OHTANI PIDIENDO INSPIRACIÓN
Nota escrita por el periodista Edgar Tijerino


