Este viernes se vivieron muchas emociones en el Mundial de Atletismo que se disputa en Budapest, Hungría.
Con un comienzo espectacular, una aceleración potente, una curva brillante y una recta final absolutamente brillante, la jamaicana Shericka Jackson se adentró aún más en los libros de historia logrando su segundo título mundial consecutivo en los 200 metros. 21.41, el segundo tiempo más rápido de la historia.
En la carrera masculina, el estadounidense Noah Lyles consiguió su tercer título mundial consecutivo de 200 metros que, sumado a su corona de 100 metros unos días antes, confirmó su estatus como el actual rey indiscutible del dominio del sprint.
En los eventos de campo, ambas finales se desarrollaron en circunstancias notablemente similares, el salto triple femenino y la jabalina lideraron todo el camino a través de un esfuerzo de primera ronda antes de un acto heroico en el último suspiro en la sexta ronda por parte de Yulimar Rojas de Venezuela y Haruka Kitaguchi de Japón.
Gran labor de Shericka Jackson
En la pista, Jackson, de 29 años, dejó atrás a sus rivales en lo que, en términos de sprint, es un código postal diferente, realizando la actuación más dominante de su carrera, el margen de victoria de 0,40 mayor que el 0,36 por el que ganó la jamaicana en Oregon el año pasado, cuando marcó las 21.45.
"Cuando crucé la línea y vi la hora, pensé, 'ah, estoy cerca'", dijo Jackson. "Hoy escribí dos veces en mi dorsal y el tiempo lento fue 21.40, y corrí 21.41. Es mi mejor marca personal, así que estoy agradecido. Estaba súper agotado, no me siento al 100%".
Yulimar Rojas brilla
Dicen que la señal de un gran campeón es tener la capacidad de ganar estando por debajo de tu mejor nivel y, a estas alturas, no hay duda de que Rojas es exactamente eso. La joven de 27 años ganó su cuarto título mundial de triple salto en una competición en la que se enfrentó al desastre y salió, una vez más, con el triunfo.
Estuvo a punto de no conseguir ninguna medalla, ya que cometió una falta en su primer intento y luego saltó sólo 14,33 my 14,26 m, lo que la dejó empatada en el octavo puesto cuando la competición se acercaba a la mitad del camino. Rojas se vio obligada a observar cómo la italiana Ottavia Cestonaro intentaba producir algo mejor y noquearla. Pero no lo hizo, y una atleta como Rojas nunca iba a desperdiciar una oportunidad como esa.
Los libros de historia mostrarán que Rojas tenía 8 cm de sobra sobre la medallista de plata Maryna Bekh-Romanchuk, cuyo esfuerzo inicial de 15,00 m fue suficiente para ganar el oro hasta la ronda final. Pero entonces apareció Rojas, la reina de la pasarela, para recuperar su trono. No fue el salto más grande de su deslumbrante carrera, pero pudo haber sido el salto de mayor presión, ya que Rojas aterrizó en la arena y sabía, inherentemente, que era bastante probable. Luego subió, 15,08 m, y se tumbó en la pista, disfrutando de la sensación de su quinto título mundial al aire libre, su octavo en la general.
Fuente: worldathletics.org