El 5 de julio, la Fórmula 1 se pondrá en marcha en el circuito austríaco Red Bull Racing y empezará a dejar atrás la pesadilla deportiva y económica que desató la pandemia mundial de Covid-19.
Sin público, con estrictos protocolos sanitarios y de seguridad y con un reducido personal en los autódromos, el Gran Circo se estrenará con un singular doble programa en Spielberg: una semana más tarde, el mismo escenario se repetirá como segunda estación de la temporada 2020.
Los pilotos y los equipos desandarán en los próximos días las primeras pruebas privadas, una segunda pretemporada, después de los test que se ensayaron en febrero, en Montmeló, cuando la ilusión se enfocaba en el Gran Premio de Australia. Redescubrir el mejor set up para el auto y encontrarse con el coche y la pista, el nuevo mapa que necesitan leer los 20 pilotos de la grilla, que nunca estuvieron tanto tiempo sin actividad: la última experiencia por el campeonato, el 1° de diciembre de 2019, en Abu Dhabi.
"Espero volver mejor, pero nos subiremos al auto, llegaremos a los entrenamientos del viernes y estaremos oxidados", comentó el séxtuple campeón Lewis Hamilton, tres semanas atrás, en un video que Mercedes difundió en las redes sociales. "Será realmente interesante ver cómo nos pondremos en marcha, por ese motivo dialogo con el equipo, con Bono [el ingeniero de carrera Peter Bonnington] y James [Allison, el director técnico] para establecer un plan: "trabajé en el simulador, algo que no me apasiona; no sé si seremos capaces de hacerlo bien, pero es un buen objetivo", trazó el británico, que físicamente se ejercitó con su entrenadora Angela Cullen.
Impedidos de rodar con el actual auto y con los neumáticos que Pirelli provee a la F.1, Mercedes estableció un programa de dos jornadas de pruebas que Hamilton y Valtteri Bottas desarrollarán con el modelo W09, de 2018, la próxima semana en Silverstone: el martes será el turno del finlandés, que durante el receso por el coronavirus participó en la carrera de simracing del GP de Mónaco, y al día siguiente trabajará el británico. También Ferrari anunció que Charles Leclerc -un recurrente participante de las carreras virtuales- y Sebastian Vettel, en su último año en la Scuderia , ensayarán antes de viajar a Austria, aunque la casa de Maranello no divulgó la fecha del test.
De las simracing a las pistas
Los Grandes Premios virtuales resultaron un modo de entretener a los fanáticos, más que un entrenamiento para los pilotos. Las simracing dejaron entrever que la nueva camada de corredores de F.1 tiene apego por los simuladores, mientras que los más veteranos -Kimi Raikkonen, Vettel, Hamilton, Bottas- se ajustan mejor a las tareas en los circuitos.
El británico Lando Norris, de 20 años, disfrutó de las competencias virtuales durante el parate y con la desescalada del confinamiento que rige en Europa aprovechó para ajustar su manejo en la pista con un auto de Fórmula 3 del equipo Carlin. "Hay que volver a acostumbrar el cuerpo a las fuerzas G, después de estar dos o tres meses mirando pantallas. Además del F.3, también tengo previstas sesiones de karting y de simulador en McLaren Technology Centre, en Woking. Debemos acumular horas, trabajar con los ingenieros. Vamos a estar ocupados de nuevo", anunció Norris, que tiene como compañero a Carlos Sainz y en 2021 compartirá techo con el australiano Daniel Ricciardo.
Con el traspaso a Ferrari para 2021, el español Sainz fue piloto estrella del receso. Sin embargo, el proyecto McLaren se mantiene como prioridad para el madrileño que ya se estableció nuevamente en Inglaterra, cerca de Woking. "Lo primero será ver a mis mecánicos, a mis ingenieros. Luego, el simulador, el verdadero, para probar y prepararnos. Antes de firmar con Ferrari le comuniqué al equipo que quiero seguir desarrollando el auto, porque es algo que disfruto. Con McLaren voy a cumplir mi contrato a rajatabla, si ellos quieren que les ayude yo voy a estar ahí ", señaló en una charla con la cadena Ser.
Los pilotos montaron gimnasios en sus residencias, aunque los trabajos con resistencia aeróbica y anaeróbica, los circuitos de fuerza y de fuerza específica, los planes de entrenamientos que se fueron rediseñando a medida que se hizo más extensa la cuarentena, necesitan del principal componente para los corredores: conducir. Y aunque nada es igual a manejar un auto de F.1, los karts ofrecen estímulos para la velocidad de reacción y gestual, resistencia, flexibilidad. Pone a prueba los límites y las habilidades hasta de quienes durante años compiten en los niveles más exigentes del automovilismo mundial. El británico George Russell invirtió en un simulador de mayor calidad durante el receso, aunque considera que el karting será el primer contacto con la pista. "Después, quizás un auto de Fórmula 2 o Fórmula 3, pero necesitamos cualquier cosa que tenga cuatro ruedas y con la que podamos dar vuelta a un circuito", explicó el piloto, de 22 años, que tendrá la difícil misión de apuntalar a Williams, una escudería mítica, pero con enormes dificultades económicas y financieras, al punto que el expatrón de la F.1, Bernie Ecclestone, intenta acercar un comprador que oxigene al último equipo familiar que queda en pie en el Gran Circo.
Con medidas menos estrictas en su país, el danés Kevin Magnussen (Haas) recurrió al karting para no perder feeling. También el francés Pierre Gasly, que al quedar varado en Dubai después de la cancelación del Gran Premio de Australia -reside en Italia, donde los aeropuertos estuvieron cerrados hasta los últimos días de mayo- logró un permiso especial para entrenarse con un kart. "Tenía mejores instalaciones que en Francia, donde viven mis padres. Entrenamos duro, aunque necesito competencia: el último Gran Premio fue en diciembre, estoy ansioso por volver a manejar un F.1", manifestó el piloto de Alpha Tauri -exToro Rosso-, la escudería satélite de Red Bull Racing.
La Fórmula 1 acelera la desescalada, con los pilotos y los equipos apuntándole al inicio del calendario.
Fuente: Diario La Nación Argentina