“No hay que sufrir en silencio”. Es una de las frases memorables que nos deja Monica Seles, de 46 años, en una reciente entrevista en el rotativo británico Daily Mail en el que la extenista rompe su silencio para hablar, por primera vez, del trauma que sufrió hace ya 27 años y que derivó en que abandonase la competición.
La exnúmero uno del mundo era una niña prodigio, una deportista que rompía registros y destinada a hacer historia. No obstante, el drama llamó a su puerta de la forma más cruel.
En 1990, la serbia se convirtió en la ganadora más joven de un torneo del Grand Slam, conquistando Roland Garros con 16 años. Sin embargo, el 30 de abril de 1993, cuando tenía 19 años y era la número 1 del mundo, un hombre le clavó un cuchillo por la espalda en plena cancha durante el WTA de Hamburgo, en partido de cuartos contra Magdalena Maleeva.
Monica tuvo que ser hospitalizada y esa agresión por parte de un desequilibrado mental incondicional obsesivo de Steffi la marcó para siempre. Pese a que intentó volver al tenis y aún ganó algún torneo importante, el incidente dejó en ella una huella imborrable.
Todo ello sumado al inmenso estrés que sufre toda deportista de elite, le llevó a una depresión de la que ahora, por fin, se atreve a hablar.
Una carrera de vértigo
“Había batido a Martina (Navratilova) en Roma y después a Steffi (Graf) en Berlín, ante su público. Nunca había jugado tan bien. Cuando llegué a París pensaba que quizá había despuntado demasiado pronto”, comienza explicando la serbia.
“La verdad es que no sabía a qué me enfrentaba. Cuando salía a la calle de repente todo el mundo decía ‘esa es la chica’. Tenía 16 años y me pasaba así las 24 horas”, explica
“Con 17 años yo no tenía muchos amigos. En el tenis nadie hablaba mucho con las demás. Y fuera del tenis, ¿cómo podías mantenerte en contacto? No había Internet, yo solo tenía el teléfono del hotel. Socialmente realmente tuve problemas”, confiesa.
“Mis padres lo hicieron lo mejor posible, pero yo sé lo duro que es no tener a nadie con quien hablar...Me sentí muy feliz cuando Coco habló de ello -de la depresión-, y a su edad. Es un tema muy importante. Fue fabuloso cuando lo expresó en púbico, porque la presión ejercida sobre esos chicos es enorme”.
El cambio generacional
“Me preguntan ‘Monica, ¿tú también la sentiste? Pero para ellos quizá eres más como un dinosaurio. Así que es muy importante que lo diga alguien de su propia generación... “Antes creíamos que abrirse te restaría ventaja sobre la competencia”, relata en Daily Mail. “Antes pensabas que perderías esa ventaja como competidora si hablabas de algo así, pero creo que eso ya no se ve así”, prosigue.
“No hay que sufrir en silencio como yo hice. Yo tuve un conflicto interno durante mucho tiempo. Solo espero que los ‘viejos tiempos’ hubieran transcurrido más despacio, pero las cosas van como van”, concluye la extenista.
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