El equipo de los Warriors ganó el cuarto partido y están a un partido de volver a ser campeones de la NBA. Los de la Gran Bahía recuperaron su mejor versión en territorio hostil, con un Quicken Loans Arena en erupción que soñaba con una victoria que pusiese las tablas en la eliminatoria.
Tras una primera parte dominada por los locales gracias a las diferencias de Thompson en la pintura y el acierto de Irving, los Warriors se encomendaron a los Splash Brothers para dar la vuelta al marcador y hacerse con la victoria más importante hasta el momento (97-108).
Ningún equipo ha remontado jamás un 3-1, por lo que los Warriors han dado un paso casi definitivo a su segundo campeonato consecutivo.
El partido comenzó con un alto nivel ofensivo por parte de los dos equipos, más preocupados de mirar el aro rival que de cerrar el aro. A pesar de la incógnita de Kevin Love, recuperado de su conmoción en el segundo partido, los Cavaliers repitieron el quinteto que tan bien funcionó en el tercer partido, con Richard Jefferson, LeBron James y Thompson como los hombres más altos.
El ex de los Timberwolves fue suplente por primera vez desde 2010 y fue de más a menos, acabando con 11 puntos y 5 rebotes. Sin embargo, los Cavaliers no echaron en falta a uno de sus pilares, al menos en los primeros compases de partido, y es que Tristan Thompson se impuso como el amo y señor de la pintura en este periodo, con 8 puntos y 5 rebotes (¡todos ellos ofensivos) para desquiciar a los Warriors en defensa, ya que en ataque recuperaban la chispa (6/9 en triples) y se encomendaban al acierto de Barnes y Curry, con 8 puntos cada uno.
En el segundo cuarto, aparecieron los líderes de ambos conjuntos para dar otro ritmo al partido. A cada triple de Klay Thompson (su mejor partido de estas Finales con 25 puntos y 4 rebotes) o Curry le respondía un canastón de Kyrie Irving, que está siendo el ejecutor de los Cavaliers en la serie.
El base volvió a ser el máximo anotador de los suyos con 34 puntos, además de 4 rebotes y 4 asistencias, aunque dejando otra vez la sensación de que va él solo contra el mundo, y los Warriors son el mundo más complicado de conquistar. Este segundo cuarto dejó los mejores minutos de la serie, que finalizaban con una falta reclamada por los Warriors en el último tiro de Iguodala (10 puntos, 6 rebotes, 7 asistencias y por momentos dejando fuera de juego a James). 55-50 al descanso, y todo por decidir en la segunda parte.
Durante la segunda parte, los Warriors pusieron una marcha más que decantaba el choque de estilos a su favor. La locura, los triples en transición, y ese asesino con cara de niño ponían otro aire al partido, y estaba a favor de los visitantes. Stephen Curry, tan señalado por su falta de liderazgo durante los primeros partidos, aprovechó la insistencia ofensiva de Irving para atacarle en defensa, esta vez con éxito.
El MVP de la NBA por fin jugó a la altura de lo que se espera de él, siendo el mejor de los suyos con 38 puntos (7/13 en triples), 5 rebotes y 6 asistencias. Apareció sin embargo LeBron James, que hasta el momento había tenido una incomprensible actuación, con muy poco protagonismo para la importancia del partido, para unirse a Irving y ser quienes daban respuesta al acierto de los Splash Brothers en este tercer cuarto. James jugó un encuentro de menos a más, aunque quizá decidió aparecer demasiado tarde, cuando su rival ya estaba cómodo, y no pudo darle a la vuelta a la situación a pesar de casi firmar un triple-doble (25+13+9).
Los Warriors olieron la sangre y salieron con todas en el último cuarto, donde fueron claramente superiores. Sus 17 triples son récord (uno más) en las Finales de la NBA, y con Tristan Thompson controlado en la segunda parte, los Cavaliers no encontraron respuesta a ello. Love, que va a salir muy mal parado de estas Finales, no conseguía ubicarse en el banquillo, JR Smith ni miró el aro en la segunda parte y solamente Irving y James lo intentaban una y otra vez, pero su acaparamiento del balón era insuficiente ante el colectivo warrior y la tremenda solidez defensiva que mostró el equipo de Golden State. Una telaraña atrás y los Splash Brothers desatados en ataque provocaron un parcial de 12-2 en los últimos minutos que silenció el pabellón de Cleveland y pone a la ciudad, de nuevo, contra la historia. Ningún equipo ha remontado un 3-1 (32 veces se ha visto esta situación) y la serie viaja ahora a Oakland, donde los Warriors pueden poner punto y final a una temporada de ensueño ante su público.