Sus impecables piruetas en el aire, elegantes saltos acrobáticos y giros interminables parecen mostrar una flexibilidad casi sobrehumana. Pero los entrenamientos para lograrlo a menudo dejan un reguero de lágrimas y sudor en el camino.
Ser gimnasta olímpico requiere un enorme sacrificio, especialmente en China.
"Lo llamamos gimnasia feliz", le dijo a Reuters Zhu Zeng Xiang, director de la Escuela de Atletismo Amateur para Jóvenes de Shanghái Yangpu, en China.
Sin embargo, estas fotos de algunos de sus pupilos muestran lo duro que puede ser.
Fuente: BBC Mundo