La Juventus ganó este sábado de local 1-0 ante Udinese con un tanto de Danilo a cuatro minutos del final. El compromiso fue válido a la fecha 17 de la Serie A de Italia.
Una vez recuperado el ritmo de la competición con una victoria pírrica ante el Cremonense (0-1), los hombres de Massimiliano Allegri no podían fallar si querían mantenerse en una posición realista para mantener con vida su cacería al líder, el Nápoles, a siete puntos de distancia antes del inicio de la decimoséptima jornada.
Para cumplir con esa empresa, el Juventus gozó de la recuperación a alguna de sus piezas. Una de las más importantes, el flamante campeón del mundo Ángel Di María, regresaba después de su aventura en Qatar ubicado por detrás de Moise Kean. El extremo de Argentina, según avanza su carrera, encuentra nuevas posiciones en las que reinventarse, aunque en la final del Mundial frente a Francia jugó en la izquierda, pegado a la línea de cal. Y lo hizo muy bien.
Como enlace de Kean, no carburó a su mejor nivel. Por lo menos en la primera parte, en la que el Juventus mostró de nuevo esa imagen plana con la que no apasiona a casi nadie. Di María, por lo menos, con su exquisito golpeo, generó peligro a balón parado. Solo él y Fabio Miretti, que anda sobrado de calidad, consiguieron sobresaltar a sus aficionados.
Y es que, hasta el minuto 19, con un cabezazo de Daniele Rugani tras una falta lanzada por Di María, no hubo ninguna noticia en el área del Udinese. Marco Silvestri, con una buena estirada, se encargó de desbaratar la prometedora opción del Juventus, que, después, en las botas de Kean, pudo desnivelar la balanza.
En esta ocasión, fue Miretti el que destapó el tarro de las esencias con el regate de pie a pie, de zurda a diestra, para desembarazarse de un rival y meter un pase al hueco que su compañero no consiguió culminar. De nuevo, Silvestre, con su cuerpo, evitó el tanto del Juventus.
El portero del Udinese fue la única noticia del equipo dirigido por Andrea Sottil. Aunque en muchas fases del primer acto acaparó la pelota, su dominio fue absolutamente estéril y solo Walace Souza, con un tímido intento desde fuera del área, probó a Wojciech Szczesny.
Consciente de la importancia de los puntos, el Juventus salió en tromba en la segunda parte y Adrien Rabiot, Kean y Miretti acumularon ocasiones sin éxito.
Entonces, Allegri, dio un paso más y sacó al terreno de juego a Leandro Paredes, Federico Chiesa y Arkadiusz Milik, el hombre que salvó al Juventus la pasada jornada con su tanto contra el Cremonense.
Al final, ninguno de ellos fue el salvador. El encargado de abrir la cuenta, casi al final, fue Danilo, que no falló con un remate a placer tras un pase de Chiesa. Eso fue todo, pero suficiente. Sin alardes y de nuevo con un juego poco vistoso, el Juventus sumó tres puntos con los que se mantiene con vida en su pelea por el título.