Con la victoria del Real Madrid el pasado sábado ante el sorprendente Girona FC, por la fecha 24 de la liga española, pareciera que el prestigioso certamen se ha empezado a decantar según “la lógica” del fútbol, es decir, las posibilidades que las estadísticas casi siempre le conceden a los clubes más poderosos.
Con una diferencia de cinco puntos, más el agravante de que ya se consumieron los dos enfrentamientos particulares entre ambos equipos (resueltos a favor del Madrid), es decir, al actual sublíder no le quedan opciones de imponerse en alguno de los llamados “partidos de seis puntos”, ha empezado la idea de que el resto de la temporada (14 jornadas) será la consolidación de un título más para los de Chamartín… a menos que suceda lo que ocurrió hace 89 años…En abril de 1935 el Real Madrid se presentó en Las Corts, el campo del FC Barcelona de Alejandro Morera, para disputar la penúltima fecha de liga. Colíderes junto al Real Betis Balompié, los madridistas tenían una gran oportunidad de aventajar al cuadro bético, pues este último dirimiría su propio derby andaluz ante el Sevilla FC; el Real, por otra parte, lucía muy fuerte, y tras haber goleado 8-2 al mismo Barça en la capital española en la primera vuelta, parecía que no hallaría enorme resistencia de su archirrival que tras muchos altibajos durante todo el torneo ocupaba la sexta casilla, y desde hacía varias fechas, sin posibilidades de campeonizar.
Lejos de las grandes faenas exhibidas a su arribo a la Ciudad Condal, Morera vivía un paupérrimo presente: tan solo había jugado en cinco de los veinte encuentros de la campaña –la mayoría de los cuales se había perdido debido a lesiones y consecuentes problemas físicos- y sumaba únicamente un par de goles; esta nueva oportunidad de medirse con el afamado contrincante capitalino, con Ricardo ‘el Divino’ Zamora en la puerta, se presentaba idónea para demostrar sus condiciones.
Así las cosas, el orgullo de la ‘ciudad de los mangos’ disputó los 90 minutos del cotejo que sorprendentemente el Barcelona doblegó 5-0 al Real Madrid. Aunque en esa ocasión no pudo vencer al ‘Divino’ -ya lo había logrado antes-, aportó ‘dribbling’ a la causa y consiguió varias faltas a favor de los locales, quienes se convirtieron en un tromba especialmente en el segundo tiempo, etapa en la que señalaron cuatro de las cinco anotaciones.
Aquel doloroso revés para el Real sería catastrófico, no solo porque perdió una marca de cuatro años de no caer ante los ‘blaugranas’, o porque no era goleado por ese oponente desde 1927, sino porque además fue superado por un punto por el Betis, que en la siguiente jornada se impondría a un Racing de Santander que ocupaba la antepenúltima posición de la tabla y así terminaría quitándole el título al Madrid. Es cierto, aquella ‘manita’ con Morera en el campo fue inútil para el Barça, pero el hecho de saber que terminaría dejando sin cetro al conjunto merengue valdría muchísimo para los parciales catalanes, quienes consideraron que ese marcador por lo menos maquilló un poco la mala temporada…
En el fútbol siempre está presente la cuestión del orgullo; bien o mal, es un ingrediente más que condimenta una actividad en la que la rivalidad es fundamental. Se juega a ganar, y por lo tanto, se hará todo lo que corresponda para ver derrotado al otro. Y el sentimiento es mucho mayor cuando ese otro es nada menos que el más enconado oponente… así lo experimentan desde los humildes cuadros de las ‘urbas’ que son vecinas, hasta como en el caso descrito en estas líneas, un Real Madrid que estaba a punto de salir campeón y tenía que ‘rifársela’ en 90 minutos ante un Barça que iba a hacer todo para impedirlo… Al final, el conjunto culé lo impidió, con Alejandro Morera Soto como testigo presencial y protagonista, en una de esas interesantes historias que siempre tratamos de compartir con el estimable lector de everardoherrera.com. ¡Pura vida!
* El autor es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.