El domingo salió Kiko Casilla de Cornellá entre abrazos y con un nudo en el estómago. En el estadio del Espanyol tiene una puerta con su nombre y también un montón de amigos. Allí le recuerdan como uno de los suyos, tras pasar primero por el filial y más tarde por el primer equipo, siete años en total. En la victoria de su equipo logró meter para el resumen televisivo una buena parada, en remate envenenado de Caicedo. Mano arriba, muchos reflejos. Sus brazos interminables le hicieron dudar entre el fútbol y el voleibol, donde su hermano hizo carrera.
El portero catalán está completando un buen arranque de temporada, sin estridencias y con esa acción del último partido como foto más comentada. La lesión de Keylor Navas en verano le colocó bajo los palos, después de un curso con sólo siete encuentros, en las pocas ausencias del costarricense. Suya iba a ser la Copa del Rey, pero el lío administrativo cerró el torneo para el Madrid a las primeras de cambio. Ahora está dando a su jefe lo que busca: sobriedad, mando y centímetros. «Me gusta que no tiene miedo: si ha de jugar con los pies lo hace y si ha de salir de la portería lo hace. Tiene la confianza total de sus compañeros y del entrenador», opina Zinedine Zidane.
Desde sus comienzos en las categorías inferiores del Real Madrid destacó por la tranquilidad en una posición cargada muchas veces de histerias. Siendo un jovenzuelo, tanta frialdad le costó alguna bronca desde el banquillo. «La facilidad con la que hacía las cosas podía confundir, y hacer ver que no tenía carácter para la portería. Siempre me pareció una percepción errónea. Su calma da tranquilidad a la defensa», según Emilio Álvarez, el jefe de porteros de la cantera blanca en 2003, cuando Casilla llegó del Nástic Tarragona como un chaval prometedor. De Valdebebas tuvo que salir para desarrollar una sólida carrera desde la Segunda B hasta brillar en Primera con el Espanyol.
Logró incluso llamar la atención de Vicente del Bosque, titular en un lluvioso partido en Vigo. A Toni Kroos le ha recordado alguna vez la faena de aquel tiro envenenado que le dejó en mal lugar. Que el seleccionador no le volviera a convocar nunca más es una de las espinas profesionales que arrastra.
Casilla disfruta de su actual titularidad sin golpes en el pecho, a la espera de la decisión de su entrenador cuando Navas reciba el alta médica, en los próximos días. Está preparado para regresar al banquillo y buscar nuevas oportunidades. Desde el club dibujan un profesional callado, que no hace demasiado caso a las redes sociales y que gasta un discreto perfil público, sin barcos, sin deportivos... «No tiene ego», dicen de él en Valdebebas. De vacaciones estuvo en Benidorm (en un magnífico hotel).
También destacan en la ciudad deportiva la buena relación que mantiene con su rival directo por el puesto. Sus entrenamientos, dirigidos por Luis Llopis, el preparador de porteros, levantan ovaciones del resto de compañeros, entre ejercicios eléctricos con pelotas de tenis, camas elásticas y circuitos endiablados, alentados por el entusiasta Llopis a veces con expresiones en euskera. «Es un portero que quiere entrenar siempre y aprende de Keylor. Tienen buen rollo entre los tres [con Keylor y Yáñez, el tercer guardameta] y eso ayuda a progresar», reconocía Zidane, que este miércoles en el Bernabéu recibe al Villarreal sin dos de sus piezas habituales en el centro del campo, Modric y Casemiro, el primero con descanso y el segundo lesionado.
Fuente: diario El Mundo
La fiabilidad de Kiko Casilla y la espera de Keylor Navas (El País)
“Keylor Navas hoy ha hecho un entrenamiento espectacular”, proclamó ayer Zinedine Zidane. El técnico lleva un par de semanas diciendo que ve bien al portero del Madrid. También lleva un par de semanas diciendo que no puede dar una fecha para su regreso a las convocatorias. El último partido que jugó fue la final de la Champions en San Siro. Navas se operó el pasado 9 de junio del talón izquierdo. Le limaron un hueso que le apretaba un tendón. Aguantó toda la temporada pasada con dolores e infiltraciones hasta que decidió pasar por el quirófano.
El doctor holandés Van Dijk —el mismo que trató en su día a Marcelo y Van Nistelrooy— le operó con la colaboración de Mariano de Prado y Pedro Luis Ripoll. Se pactó una recuperación tranquila y sin prisas, aprovechando el verano y las vacaciones, para que las fibras se regeneraran por completo y para que el tendón, dolorido por el roce, se recuperara completamente. A Navas se le vio recuperándose en Valdebebas mientras sus compañeros disfrutaban de las vacaciones.
El pasado 22 de agosto, el guardameta tuvo la última revisión en Holanda. Van Dijk le dio el alta para que pudiera empezar a darle impulsos al pie izquierdo y a activarlo. Y las cosas, según lleva repitiendo Zidane, marchan bien. Y sin prisa. En el Madrid no quieren arriesgarse. Menos cuando hay tendones de por medio. No ha hecho falta acelerar los plazos, también porque Kiko Casilla está sustituyendo con creces a Navas.
“Su evolución es buena, mejora cada día y cada día le falta menos. Pero no os puedo dar una fecha para su regreso. No es mañana [contra el Villarreal], puede ser el sábado [contra Las Palmas] o el martes [en la Champions contra el Borussia], Estamos casi a punto”, aseguró Zidane. ¿Y cuando vuelva Keylor, su titularidad es innegociable o rotará también en la portería?, le preguntaron al técnico francés que, hasta ahora, ha jugado con seis alineaciones diferentes los seis partidos que ha disputado el Madrid. “Aquí son todos importantes y voy a mostrarle eso a todos los jugadores. Depende del partido, de la situación, de la competición. Va a haber rotaciones en todos los sitios”, contestó.
De momento, los únicos futbolistas que no han descansado son Kiko Casilla y Sergio Ramos. Casilla, que el año pasado iba a jugar la Copa del Rey —el Madrid fue eliminado en diciembre por la alineación indebida de Cheryshev—, disputó cuatro partidos de Liga (dos con Benítez y dos con Zidane) y dos de Champions (los dos últimos de la fase de grupos, contra el Shakhtar y el Malmoe). Esta, suma seis y ha encajado seis tantos. El domingo contra el Espanyol tuvo dos intervenciones providenciales.
¿Qué aporta al equipo?, le preguntaron ayer a Zidane. “Kiko es un chico que quiere aprender y aprende de Keylor. Los tres porteros tienen buen rollo entre ellos y eso es fenomenal porque ayuda a progresar. Lo que me gusta de Kiko es que no tiene miedo, si tiene que jugar con los pies, juega con los pies, si tiene que salir, sale. Siempre sin miedo. Tiene la confianza total de sus compañeros y del entrenador”, contestó Zidane que ayer huyó como buenamente pudo cuando le preguntaron quién será el guardameta titular cuando regrese Keylor Navas.