El técnico José Mourinho habla sin tapujos en Inglaterra de su evolución como entrenador, que llega a calificar de problema. También critica que en Madrid y Milán no podía pasear por la calle por las molestias, al contrario que en Londres.
"Creo que tengo un problema, que es que estoy mejorando en todo lo relacionado con mi trabajo desde que empecé. Ha habido una evolución en muchas áreas: la forma en la que leo el juego, cómo preparo el partido, cómo entreno, la metodología... Me siento mejor y mejor. Solo hay una cosa donde no puedo cambiar, en mi trato con los medios. Nunca seré un hipócrita".
De esa manera se define José Mourinho en una entrevista exclusiva concedida al diario inglés The Telegraph, en la que valora temas personales como su relación con Madrid, Milán o Londres, o cómo ve su futuro en los banquillos.
"Para el fútbol no soy tan viejo. Con 52 años, quizás me queden 20 para entrenar. Pero me siento... como un zorro viejo. Nada me asusta, nada me preocupa demasiado, es como si nada fuera nuevo para mí. Soy muy estable a la hora de controlar mis emociones, pero necesito tiempo para pensar. No me despierto en mitad de la noche preocupado por la lesión de alguien o por la táctica a usar en un partido. Necesito reflexionar, anticiparme a los problemas. Necesito mi tiempo", explica.
En cuanto a su forma de ser, Mourinho cree que es una buena persona: "Lo intento y creo que lo soy. No tengo problemas con mi familia ni con mis amigos. Soy un hombre muy familiar, y un buen amigo. Intento ayudar a gente que ni siquiera conozco. ¿Cometo errores? Sí. Mi área profesional no es solo competitiva, también emocional y tienes que motivar a personas para que tengan determinadas actitudes. Pero la parte profesional es solo una parte de la persona, y una persona es mucho más que eso".
En cuanto a su vida en Londres, donde Mourinho llegó a decir que era 'The Happy One', el técnico explica las diferencias con Madrid o Milán: "Creo que la gente en Londres entiende cuándo molestan y cuándo no. Saben que la gente necesita espacio, que nos merecemos un respeto. Si alguien me molesta, siempre son personas no inglesas. Los ingleses que quieren un autógrafo o un selfie en un restaurante se esperan a que termine de comer. Si estoy en una tienda, no se acercan cuando estoy eligiendo calcetines. Y por la calle tengo la misma sensación. Es imposible que en Londres te moleste alguien paseando por la calle. En Madrid o Milán pasaba siempre".
Mourinho también recuerda cómo empezó a trabajar con personas, cuando fue profesor de niños con síndrome de Down: "No estaba preparado técnicamente para ayudar a esos chavales. Pero tuve éxito por una cosa: la relación emocional que desarrollé con ellos. Hice pequeños milagros gracias a mi relación con ellos. Afecto, cariño, empatía... Todo gracias a eso. Había un niño que se había negado toda su vida a subir las escaleras, otro no podía coordinar ni un solo movimiento... Corregimos todos estos problemas, y casi siempre estaban basados en la empatía".
"Después de eso, empecé a entrenar chicos de 16 años. Ahora, entreno a los mejores jugadores del mundo. Y lo mejor de todo es que tampoco estoy preparado desde el punto de vista técnico. Lo más importante es la relación que estableces con la persona. Por supuesto que necesitas conocimiento, capacidad para analizar cosas. Pero lo más importante son las relaciones, la empatía, el equipo. Para lograr esa empatía en el grupo todos debemos dar algo. No se trata de tener una relación perfecta entre tú y yo, se trata de tener una relación perfecta con el grupo, porque es el grupo quien gana", añade.
Precisamente, sobre su actual grupo, el del Chelsea, revela cómo ayudan a sus futbolistas: "Tenemos un departamento donde ayudamos a los jugadores en todo. Tenemos gente en el banco para ayudarles con el dinero. ¿Quieres comprar una casa? Nos aseguramos de que escoges a la persona adecuada para negociar. Los jóvenes que suben al primer equipo no se compran un coche, estamos patrocinados por Audi y ellos les dan coches a los jugadores. Los chicos necesitan esto, vivimos en un mundo complicado".
Por último, a pesar de sus diferencias con Arsene Wenger, da la razón al francés en cuanto a su opinión del Balón de Oro: "Creo que dijo algo muy interesante, que está en contra del Balón de Oro, y creo que tiene razón porque en la actualidad se está perdiendo el concepto de equipo para centrarnos en lo individual. Estamos siempre pendientes de las actuaciones individuales, las estadísticas individuales, quién corre más... ¿Si tú corres 11 kilómetros y yo nueve has hecho un trabajo mejor que el mío? ¡Puede que no! Quizás mis nueve kilómetros son más importantes que tus 11".