Dos oportunidades ha tenido el Arsenal para amarrar la Champions. Y las dos las ha malogrado. Los 'gunners', que perdieron 2-0 ante el Newcastle, parecen hacerle ascos a una competición que solo jugarán si el Tottenham pierde y ellos ganan en la última jornada.
El Arsenal tiene estas cosas. La historia reciente le ha demostrado una y otra vez a sus aficionados que el equipo londinense es capaz de lo mejor y de lo peor, aunque viene siendo más habitual lo segundo. No es la primera vez que se acercan a un gran éxito tras un camino meritorio y que, justo en las puertas de la gloria, se resbalan.
Parece perseguir esa maldición a un club que no termina de dejar atrás el apelativo de 'Loorsenal', precisamente, por ese último paso. El mismo que, en esta ocasión, tenía que dar para clasificarse para la Champions League, un torneo que no pisan desde la temporada 2016-17.
Muchos veían al Arsenal ya con la plaza para la máxima competición continental en su bolsillo. Parecía pan comido, pero el equipo de Mikel Arteta terminó de vomitarla este lunes. Cayó en Newcastle por 2-0 y se despide del privilegio de depender de sí mismo en la última jornada.
La pasada semana, los 'gunners', de haber ganado ante el Tottenham, habrían sellado su presencia en la Champions de forma matemática. Pero fueron muy inferiores a los 'spurs' y lo apostaron todo a la segunda bala. Esta salió rana también y acabó en el pie de un equipo que ahora debe ganar y esperar.
Desde el inicio, el Newcaslte, sin nada en juego, se mostró mejor. Más ambicioso. Más convencido. Las llegadas locales se acumulaban ante un Arsenal que apenas asustaba con alguna contra aislada con Saka o Nketiah. Odegaard apenas apareció, algo normal al ver que eran las 'urracas' las que mandaban en ataque y con el balón.
Pese a ello, el partido se fue al descanso sin goles. Pero apenas tardaron once minutos en empezar a parecer. No había una forma más Arsenal de que el Arsenal empezara perdiendo que con un gol en propia puerta. Ben White desvió hacia su propia portería un centro desde la izquierda que acabó en el fondo de la red en el 56'.
Dio un semipaso adelante el equipo de Arteta, pero nada de asedios ni ocasiones a puñados. Pero, al menos, el área del Newcastle empezaba a tener algo de movimiento, aunque solo habría un tanto más en el encuentro y no sería londinense. Bruno Guimaraes puso la puntilla en el 85' al aprovechar un rechace de Ramsdale tras un mano a mano ante Wilson.
Tiró de orgullo el Arsenal para, al menos, darle trabajo a Dubravka en la recta final, pero tampoco desistió el cuadro local de algún contragolpe que hizo sudar a Ramsdale. Al final, el pitido del árbitro dejó quinto a un equipo 'gunner' que deberá ganar al Everton en casa en la última jornada y esperar un pinchazo del Tottenham, cuarto con dos puntos más, en el campo del descendido Norwich para regresar a la Champions.