El defensor central de Brasil y compañero de Keylor Navas en el París Saint-Germain, Marquinhos, ha demostrado a lo largo de su carrera que llegar al más alto nivel y mantenerse ahí requiere mucho esfuerzo y sacrificio. El profesionalismo, no solo dentro, sino también fuera del terreno de juego ha sido clave para su evolución como jugador.
Nacido en el barrio de Imirim, al norte de São Paulo, Marquinhos se crio en como juvenil en el Corinthians de los ocho hasta los 18 años. Fue campeón del principal torneo sub 20 en Brasil, la Copinha 2012, y ascendió al primer equipo que terminó ganando la Copa Libertadores en aquel año. Con menos de 20 partidos en la Primera División, el zaguero fue fichado por la Roma.
Le bastó un año en la capital italiana para que el gigante del Paris Saint-Germain pagara por él 31, 4 millones de euros (casi cinco veces su valor inicial). El mismo año en que llegó a Francia, en 2013, debutó con la selección absoluta de Brasil. Tenía solo 19 años.
Desde los despachos del PSG sabían que con Marquinhos habían fichado a uno de los defensas más prometedores del mundo, pero su éxito tardó en mostrarse. Pero estuvo a la sombra de otros prestigiosos centrales como Thiago Silva, David Luiz y Kimpembe.
El brasileño tuvo que hacerse un lugar e incluso tuvo que jugar en distintas posiciones para no perder notoriedad. Cuando Thiago Silva dejó al club, en 2020, los futbolistas del PSG eligieron a Marquinhos como su nuevo capitán.
De ser insultado por su propia afición a aparecer en las banderas del estadio Parc des Princes. Marquinhos empezó a ser el principal portavoz de los futbolistas del PSG.
“No me sorprende que sea este líder porque siempre es algo natural para él. Es un chico que sabe imponerse y resuelve muy bien este tipo de situaciones “, dice Edesildo Silva, conocido como Didi, preparador físico de las categorías inferiores del Corinthians.
“Es una persona divertida, pero muy profesional en el campo. El primero en llegar y el último en salir “, dice el preparador físico. “Cuando teníamos que demostrar un ejercicio de entrenamiento, siempre lo elegían”, dice. Leandro Idalino, miembro del cuerpo técnico que ganó la Copa São Paulo 2012 con Marquinhos como capitán del Corinthians. “Cuando terminaba el entrenamiento, iba a la pared para entrenar su pierna izquierda, ya que es diestro. Siempre estuvo muy concentrado en los puntos en los que necesitaba mejorar “, agrega.
Marquinhos ha sido el líder de un equipo que se resistía a participar en la accidentada Copa América 2021. El día en que los futbolistas comunicaron que jugarían el torneo pese a la inestabilidad sanitaria, el defensor del PSG fue el único que habló ante la prensa. “En ningún momento nos negamos a representar a Brasil. Conocemos nuestro papel”, dijo.
En su generación, él y otros defensores fueron tildados de villanos por las derrotas: Felipe Melo y su expulsión en 2010 contra Holanda; David Luiz y el 7-1 de Alemania en 2014; y Fernandinho y el gol en propia puerta en la derrota ante Bélgica en 2018. Todo indica que, en el Mundial de 2022, Marquinhos heredará la responsabilidad de evitar otra derrota como el gran nombre de la defensa brasileña.
Fuente: El País
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