Aunque suene extraño, Italia solo ha ganado la Eurocopa en una oportunidad. Este único trofeo lo consiguió en 1968, donde los italianos tuvieron de su lado, no solo los resultados, sino también la suerte.
En ese entonces el Campeonato de Europa de la UEFA reemplazó a la versión anterior conocida como Copa de Naciones, y con ello, un nuevo formato más interesante para los espectadores.
Para acceder a la fase final, que sería de cuatro equipos, se realizó una fase previa de 31 equipos, divididos en ocho grupos de cuatro equipos. Los partidos fueron de ida y vuelta. Al finalizar esta fase, los ocho mejores se verían las caras en cuartos de final, también a ida y vuelta.
Después el formato estipulaba que los cuatro mejores se concentraran en Italia para disputar semifinales y la gran final, todo a un partido, y por fin en una sola sede.
Esta fase final se disputó del 5 al 10 de junio en Italia, con las ciudades de Roma, Florencia y Nápoles. El sorteo determinó que Italia debía enfrentar en semifinales a la Unión Soviética, mientras que Yugoslavia e Inglaterra se jugarían la otra plaza.
Ante 70.000 espectadores, en el Estadio San Paolo, la Italia de Dino Zoff no pudo pasar del empate a sin goles contra la Unión Soviética del inmenso defensa Albert Shesterniov.
Después de dos prórrogas sin goles, el partido tuvo que decidirse en los vestuarios mediante una moneda lanzada al aire por el árbitro. La tanda de penaltis no existía por aquél entonces.
"Bajé a los vestuarios junto al capitán de la URSS y los delegados de ambos equipos. El árbitro sacó una moneda vieja y elegí cruz. ¡Fue la decisión correcta! Subí corriendo las escaleras. El estadio aún estaba lleno. Los 70.000 espectadores esperaban a saber el resultado. Mi festejo no dejó lugar a la duda: ¡habíamos ganado!", aseguraba el capitán, el difunto Giacinto Facchetti.
Después de ese pase a la final fuera del campo, Italia se las vería con Yugoslavia a quien derrotaría en dos juegos. Otra regla estipulaba que si, al final del juego final había empate en el marcador, debería repetirse el partido. Y así fue. Dos días después del primer partido, Yugoslavia e Italia volvieron a encontrarse y esta vez Italia doblegó por 2 goles a 0 a la selección balcánica.
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