Este miércoles el Benfica de Portugal ganó por 0-2 en el Jan Breydelstadion al Brujas de Bélgica gracias los tantos de Joao Mário, de penalti (55') y de David Neres (88').
El duelo fue por la ida de los octavos de final de la Champions League.
Un partido en el que los lusos merecieron anotar varios goles, pero, como si de un encanto mágico se tratara, tan solo pudo perforar la meta del Brujas en dos ocasiones.
El Benfica consiguió llevarse un resultado positivo hacia Lisboa, pero con el sabor de boca agridulce, ya que la sensación de los lusos es que pudieron traer la eliminatoria sentenciada. El Brujas, por su parte, buscará la gesta en el partido de vuelta en el mítico Estádio da Luz.
Una primera parte muy abierta
Los primeros compases del partido destacaron por ser un auténtico duelo a golpes entre ambos equipos. De hecho, las ocasiones no tardaron en llegar. En el minuto 4, el joven Antonio Silva, la nueva promesa del fútbol portugués, avisó con un cabezazo que atrapó Mignolet en dos tiempos.
Un minuto más tarde, el Brujas tuvo la réplica. Los belgas tuvieron el 1-0, pero Vlachodimos estuvo imperial en el mano a mano ante Sowah. En el 11', Lang, el más vertical del 'Boeren', lo intentó sin éxito desde larga distancia.
Los pupilos de Scott Parker dominaban y vivían su mejor momento del partido. Los locales conseguían hacer mucho daño por banda con las continuas permutas entre los carrileros y los extremos. Sin embargo, no aprovecharon la inercia para hacer gol.
El transcurso de los minutos acabó evidenciando que el dominio del Brujas fue circunstancial, ya que los portugueses fueron los protagonistas en todo momento.
En el 24', Rafa Silva no logró rematar a placer un centro medido de Joao Mário. Segundos más tarde, Mata cometió un error garrafal que aprovechó Gonçalo Ramos que finalizó con un disparo desviado de Aursnes en una posición franca.
Tan solo dos minutos después, Antonio Silva, de nuevo, mandó por encima del larguero, con un testarazo, el remate tras la prolongación de Otamendi, también con la cabeza. No obstante, este aluvión de ocasiones se vieron eclipasada por la más clara de la primera mitad.
Rafa Silva se topó con el poste cuando el partido atravesaba la primera media hora trascurrida. Jugada ensayada a balón parado que finalizó con un centro de Joao Mário que remató el extremo luso, con pierna izquierda, a la cruceta.
En el 35', tuvo que aparecer Mignolet para salvar al Brujas tras un buen disparo de Silva. Dos minutos más tarde, Gonçalo Ramos remató alto un envío magistral de atacante de Setúbal.
El Benfica estaba viviendo una auténtica maldición de cara algo como si de un encanto de brujas (nunca mejor dicho) se tratara. Es más, esta falta de fortuna se pudo multiplicar justo antes del descanso.
Los belgas consiguieron marcar en una acción a balón parado. Sin embargo, Odoi, el autor del gol, se encontraba en posición antirreglamentaria.
La segunda mitad arrancó con la misma tónica. Gonçalo Ramos, que remató con la rodilla, mandó fuera un centro lateral de Grimaldo cuando tenía a un palmo la poertería de Mignolet.
Como dice el refran: "tanto va al cántaro a la fuente que al final se rompe". Y así fue. El punta de la Selección Portuguesa aprovechó las dudas de Hendry a la hora de despejar el balón y se anticipó al zaguero escocés que arolló al goleador luso.
Joao Mário no falló desde los once metros con su lanzamiento arriba que llegó a rozar Mignolet. Fue el 0-1 al 55'.
Cinquinho, el recambio natural de Enzo Fernández, lo intentó tímidamente en un par de ocasiones, pero no puso en peligro la meta rival. Hubo que esperar al minuto 89' para conocer el resultado final.
David Neres, que ingresó en la segunda mitad, fue el más listo de la clase tras robar un balón a Meijer en zona peligrosa y batió con mucha tranquilidad ante Mignolet para poner el definitivo 0-2.
Con este resultado, las 'águilas' consiguieron evitar el encanto de la falta de gol en Brujas y cosechar un buen resultado para la vuelta en el Estádio da Luz ante su público.