La Selección de Dinamarca se impuso este domingo 2-0 a Francia en un partido muy serio a nivel colectivo y particular, pues el portero Schmeichel acabó desquiciando a Kylian Mbappé.
Pero lo único que concede la victoria es la moral, ya que ninguna estará en la siguiente ronda de la Liga de las Naciones.
El combinado danés se mostró de lo más serio durante los 90 minutos en un choque que acabó con mucha igualdad en las estadísticas, pero con una campeona del mundo que no impuso su condición ni su capacidad tanto colectiva compo personal.
Esos ingredientes sí que los añadió Dinamarca, que estuvo más acertada y que contó con un gran Schmeichel, que se encargó de despejar y de negarle los goles a Francia y a un Mbappé que también lo intentó de todas las formas que pudo y que se terminó marchando de vacío con el 2-0 en contra.
Pudo ser una noche de pesadillas para Francia, pero Croacia le echó una mano al vencer a Austria, lo que evitó el descenso y las críticas al equipo de Didier Deschamps, que fue de menos a más pero sin llegar al dominio.
Sin embargo, fueron Mendy, Mbappé y Griezmann los primeros que constryeron una bonita jugada que acabó en una parada de Schmeichel, a la que respondió un activo Skov Olsen al aprovechar un pase al hueco y por arriba de Eriksen. Areola también tuvo su acierto al rechazar el disparo.
En muchos momentos se jugó a lo que quiso el del Manchester United. La presencia de Eriksen fue clave en la sala de máquinas de una Dinamarca bien plantada y que se adelantó tras un centro de Damsgaard desde la banda y un remate de Dolberg, que se fue al suelo para conectar con el esférico y cambiarle la trayectoria y el pase a Areola.
Tras el tanto, Dinamarca apretó y se comió a Francia. Maehle tuvo el segundo y Eriksen estuvo a punto de hacer un tremendo gol olímpico, pero se encontró con la mano de Areola.
Antes del descanso, la defensa de Francia no logró despejar un centro desde el córner, el balón le llegó a Delaney y vio cómo Skov Olsen estaba esperando con la escopeta cargada al borde del área. Para él fue el esférico y lo rompió entre un mar de piernas directo a la red de Areola.
En la segunda mitad tuvo que poner el corazón y el orgullo Francia. Primero lo intentó Griezmann de libre directo y luego Mbappé acabó desquiciado. El del PSG llevó el balón a las nubes en un primer tiempo, mientras que en el segundo Schmeichel le negó el gol en un mano a mano que sacó con la pierna cuando era un gol cantado porque esas no las falla Mbappé. Este domingo, sí.
Todavía tuvo tiempo Mbappé de firmar otro remate que se le marchó a las manos del meta danés, que clavó los pies y estuvo ágil cuando hizo falta para dejar su portería a cero y a Francia con tres derrotas en seis jornadas de la Liga de las Naciones. Dinamarca, con más autoestima, seriedad y organización se llevó por delante a la campeona del mundo.
