La Selección Francesa pecó de inocencia y este lunes acabó empatando a uno ante Croacia en la segunda jornada de la liga de Naciones.
Rabiot abrió la lata en el 52', pero un penalti de Clauss dio la posibilidad a Kramaric de igualar la contienda.
Los galos no mostraron sobre el terreno de juego esa superioridad aplastante que les hizo campeones del mundo. Un comienzo que más bien sembró dudas que alegrías.
Croacia se propuso mantener la posesión del esférico, aunque tampoco eso fue sinónimo de que las ocasiones cayesen de su lado. Poco a poco, ambos conjuntos se fueron animando. Diaby fue una auténtica flecha por la banda izquierda y eso se hizo notar.
Sin embargo, el extremo se hartó de colgar balones al área y ninguno fue aprovechado por sus compañeros. Capítulo aparte merece Budimir en el otro lado. El delantero de Osasuna estuvo bastante impreciso en los metros finales y la desesperación se acabó apoderando de él.
Francia transmitía inseguridad atrás y eso no le gustó nada a Deschamps. Todo lo contrario que Maignan, que se mostró firme bajo los palos en su debut en partido oficial con su selección.
La recta final de la primera mitad dejó a Francia como gran dominadora. Nkunku consiguió batir a Livakovic, aunque lo hizo en posición antirreglamentaria. Más tarde, el guardameta croata se hizo grande en la portería y desbarató dos ocasiones claras de gol de Diaby y Tchouaméni.
La confianza se transformó en despiste
Los segundos 45 minutos comenzaron de forma similar a la primera mitad, pero con un final distinto. Muy pronto le sonrió la suerte a Francia, que por mediación de Rabiot colocó el 0-1 en el electrónico.
Aunque esto sirvió para que, de nuevo, Croacia diese un paso adelante y se lanzara a por el empate. Deschamps movió el banquillo y su planteamiento dio un ligero cambio defensivo. Caso error, ya que la intensidad gala fue nula y Croacia acechaba la portería de Maignan constantemente.
El meta del Milan comenzó a hacer acto de presencia sobre el campo y nunca es buena señal que tu portero aparezca. Sin embargo, a Francia no se la vio nerviosa atrás e incluso aprovechaba los espacios de Croacia.
Griezmann, en más de una ocasión, pudo aumentar la ventaja para su equipo, pero el delantero del Atlético de Madrid no estuvo para nada acertado en sus definiciones.
Tanto tentó la suerte Francia, que acabó pagando los platos rotos. En una desconexión de la zaga, Kramaric cayó al suelo fruto de una entrada de Clauss y el colegiado señaló la pena máxima. No obstante, el posible fuera de juego dejó la incertidumbre hasta el final.
Una incertidumbre que se apagó en cuanto el '9' engañó a Maignan y firmó el 1-1 desde el punto fatídico. Aquí fue donde verdaderamente el encuentro se volvió una locura en ambas áreas.
Croacia no se conformó con el empate y Francia quiso arreglar el estropicio con un segundo gol. Pero Maignan de un lado y la mirilla desviada de los delanteros galos dieron por sentenciado el choque.
El conjunto de Deschamps se metió en una situación complicada, ya que en dos jornadas, tan solo suman un punto. Hace mucho frío sin Benzema y Mbappé en el campo. Se reduce el margen de error para ambos combinados nacionales.