Sin él, la famosa Quinta del Buitre no hubiera sido lo que fue. Y es que el "depredador" mexicano fue el socio perfecto para los Pardeza, Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Butragueño. Fue el punta de lanza de uno de los mejores equipos de la Casa Blanca que se recuerden; el que se encargaba de meter el balón en la red pero no crean que era el goleador porque se la ponían debajo del marco para que marcara, nada más alejado de la realidad.
Hugo Sánchez nació en Ciudad de México, México en 1958. Hijo menor de Isabel Márquez y del exjugador del Atlante Héctor Sánchez, quien se retiró muy temprano y ejerció como mecánico gran parte de su vida. Siendo muy niño, Hugo gustaba no solo de la gimnasia por su hermana Hilda sino también del fútbol. Solía practicar a todas horas el remate a marco contra improvisadas porterías en la colonia Jardín Balbuena, pero especialmente practicaba la chilena que había visto a su padre ejecutar en algún partidillo de barrio. Esa vistosa acción le causaba admiración y generó en el pequeño una obsesión por hacerla perfecta. Su relación con su hermana, gimnasta olímpica en Montreal 1976, fue determinante para lograrlo.
Por esas jugadas del destino, constante actor en la vida de los seres humanos, don Héctor tuvo que reparar el automóvil de un directivo del club UNAM, y aprovechó para solicitarle una oportunidad para sus hijos mayores. Con el tiempo, Hugo le suplicaba a su hermano Horacio que lo llevara al club y le consiguiera una prueba, cosa que logró cuando cumplió catorce años. Ese día, Hugo anotó cuatro veces y ya nada pudo detenerlo en su afán de ser futbolista. En este equipo llegó a debutar en primera división en octubre de 1976 y dos años después ya fue el goleador del torneo. Durante su estancia en Pumas estudió y se graduó como odontólogo.
Su fama goleadora hizo que varios equipos de Europa se fijaran en él y fichó por el Atlético de Madrid en 1981; luego de un año de adaptación al fútbol español, se destapó al siguiente logrando finalmente una marca de 54 goles en 111 partidos. Pero además del rendimiento goleador del centrodelantero mexicano, sus acrobacias en el área eran comentario obligado los días siguientes al partido. Para 1985, el Real Madrid buscaba un goleador puro y lo contrató como su hombre en punta. El número 9 logró marcar al final de su estadía en la Casa Blanca la friolera de 208 goles en 282 partidos. Hugo llegó, voló, anotó y venció. Su primera temporada como madridista se saldó con la Liga, en la que fue máximo goleador con 22 tantos; además, ganó la Copa de la UEFA. Con los goles del mexicano, el Madrid sumó cinco Ligas consecutivas. De igual forma, Hugo ganó cuatro Trofeos Pichichi y una Bota de Oro con la camiseta blanca para cerrar un período glorioso que duró siete temporadas.
"Hugol" fue un disciplinado del balón; además de practicar hasta la saciedad la chilena que le había visto a su padre, ensayó millares de faltas de tiro libre hasta ser uno de los mejores cobradores de la época. Luego de su paso por el Madrid, recaló nuevamente en el fútbol de su país, precisamente en la temporada 1992-93, para jugar con el América. Con el equipo de las águilas gana la Copa de Campeones de la Concacaf, venciendo al Alajuelense de Costa Rica, anotando el gol del triunfo en la gran final. Luego de eso, pasó por varios equipos, incluyendo un regreso a España para disputar una temporada en el Rayo Vallecano. Pero el llamado "Niño de Oro" mexicano también fue un personaje polémico, algunas de sus frases más llamativas quedan para el recuerdo: "Cuando llegué a España la gente me gritaba indio. Cuando me fui me gritaban Hugol" u otras en su faceta como entrenador: "Si realmente quieren que salgamos en alguna ocasión campeones del mundo ya saben mi teléfono, ya saben dónde localizarme".
Con la selección de su país, jugó 58 partidos oficiales con 29 goles; participó en tres mundiales y una Copa América.
Hugo Sánchez se retiró formalmente del fútbol jugando un partido amistoso celebrado en su honor con el Real Madrid el 29 de mayo de 1997. El resultado del partido fue Real Madrid 4 - PSG 1, en el que Hugo marcó tres goles. Fue uno de los goleadores más prolíficos y contundentes del fútbol español en toda su historia. En resumen, Hugo será considerado uno de los mejores deportistas mexicanos de la historia y el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos (con 516 anotaciones en 883 encuentros oficiales) y el número 26 entre los mejores del mundo en el siglo XX, de acuerdo con la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol (IFFHS).
Luego de colgar las botas de fútbol, probó como entrenador con Pumas, Almería de España y la selección mexicana con regulares resultados, aunque con el equipo de la UNAM logró el título. Actualmente se desempeña como comentarista deportivo y espera una nueva oportunidad en los banquillos.
Su breve paso por la gimnasia fue evidente a lo largo de su carrera futbolística. Su golpeo, equilibrio y elegancia en el aire eran un placer de ver. Era un experto para las voleas espectaculares y los golpes maravillosos a la pelota en el aire, sobre todo desde fuera del área. Siempre se alejaba dando un salto mortal cada vez que anotaba. Además de sus voleas espectaculares, popularizó la bicicleta y el escorpión. Fue el típico futbolista extravagante y espectacular. Mirando el recorrido efectuado, atrás quedaron los años infantiles en que practicaba, hasta que el sol se escondía, aquella chilena que vio una vez a su padre hacer, tanto la perfeccionó que en Madrid la llamó la "Huguiña" y así se quedó.
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