Los profesionales encargados de cuidar el terreno de juego en los estadios de La Liga española cuentan cada vez con más tecnología, como es el caso de Greenkeeper, la 'app' que lo sabe todo sobre el 'verde'.
Así lo cuenta un artículo y entrevista presentada en el Diario El Confidencial:
Zonas embarradas, charcos inmensos, diferentes tonalidades de verde y un balón que avanzaba a trompicones: así eran las condiciones de algunos partidos de fútbol hasta bien entrado el siglo XXI. Sin embargo, esta imagen del típico ‘patatal’ ha sido desterrada en los últimos tiempos y el público ya no sufre viendo un encuentro. No, al menos, por culpa del césped.
Hoy en día, gracias al trabajo de los 'greenkeepers' profesionales y al uso de los avances tecnológicos, todos los terrenos de juego lucen como si de un tapete se tratara, lo que garantiza el espectáculo.
Pedro Fernández-Bolaños, coordinador para la calidad de los terrenos de juego de La Liga española, revela los secretos que se esconden tras el llamativo color verde que caracteriza al fútbol.
¿Qué criterios debe cumplir el terreno de juego de un estadio de La Liga española?
Los tres principales son evitar las lesiones sin contacto, fomentar la jugabilidad y la estética, ya que el césped también debe ser atractivo visualmente. Para cumplir con los tres elementos, el reglamento exige que el césped de verano mida entre 15 y 20 milímetros, mientras que el de invierno debe medir entre 20 y 30 milímetros. Al mismo tiempo, se consideran fundamentales otros aspectos como la dureza o la capacidad drenaje del agua, por ejemplo. Las siguientes imágenes han sido tomadas con solo una hora de diferencia:
¿Cuál es el factor más determinante en el cuidado del césped?
Sin duda, el clima. En España tenemos una enorme variedad climatológica. En el caso del Levante, Andalucía o las islas es más favorable el uso de césped de verano, mientras que en la cornisa Cantábrica se mantiene mejor el de invierno. Se puede afirmar que en primavera todos los terrenos están en óptimas condiciones y que el peor enemigo es el frío y el calor extremos, así como las plagas y enfermedades. Además, también existe el ‘factor estadio’ porque cada recinto es diferente, tiene unas particularidades propias de circulación de aire o exposición al sol.
¿Cuántos tipos de césped se utilizan a nivel profesional?
En LaLiga se emplean el mencionado césped de verano que tiene unas raíces muy resistentes y el ‘ryegras’ inglés para el invierno. Dependiendo de la zona, se emplea más uno u otro. En paralelo, existe un césped especial denominado híbrido que contiene alrededor de un 3% de fibras artificiales que sirven como estructura para fortalecer el césped natural.
¿Cómo se gestiona, de cara a la competición, toda esta información relativa al césped?
Actualmente, en LaLiga contamos con la aplicación Greenkeeper que recoge todos los datos sobre el terreno de juego que aporta el equipo local. Estos se recogen con sensores de medición infrarroja o dispositivos específicos que almacenan las características biomecánicas mediante la aplicación de peso y que simula el comportamiento de un jugador calzado con botas de fútbol. Pero también resulta útil algo tan prosaico como que un profesional pase la mano y calcule si hay que regar o no. Próximamente, queremos que esta ‘app’ incluya muchas más funcionalidades de la mano de tecnología puntera, tales como el ‘big data’, la inteligencia artificial o el ‘machine learning’, entre otras. Mira este ejemplo en el estadio Carlos Tartiere:
¿Cómo se utiliza actualmente?
En estos momentos ya es una herramienta de gran utilidad. Recoge información sobre altura de corte del césped, en qué momentos se va a regar, la temperatura a la hora del encuentro o la dureza del terreno. Todo esto permite al equipo visitante elegir tacos para las botas de los jugadores, pero también conocer si existen zonas dañadas o si el campo será especialmente lento o rápido.
¿De qué depende la velocidad del balón?
Principalmente de la altura del césped y del riego. Lo más habitual es regar antes del encuentro y también durante el descanso porque se prefiere fomentar una velocidad de juego más rápida.
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¿Es una leyenda urbana el ‘manguerazo’?
Esto hoy en día no se puede realizar porque uno de los criterios de LaLiga es el drenaje a gran velocidad. Salvo que caiga una tromba de agua tremenda, es difícil que se vuelva a dar esta situación.
¿Por qué se forman líneas de distintas tonalidades?
Esto sucede por la dirección del corte en las idas y venidas de las segadoras. Antes estas líneas eran aleatorias o se dejaban a decisión de los jardineros, pero hoy están reglamentadas sus medidas: la primera desde los fondos debe coincidir con el área pequeña, la segunda con el punto de penalti y la tercera con el final del área grande. Desde ahí, hasta el centro del campo, debe haber otras seis. En total hay 18 en todo el terreno de juego, nueve en cada mitad.
¿Cumplen alguna función?
El primer criterio es estético, ya que LaLiga quiere que su producto sea muy reconocible y por ello todos los terrenos de juego deben contar con las mismas líneas de corte de césped. Pero también cumplen una función de ayuda a los jueces de línea, que las toman como referencia de cara a señalar un fuera de juego.
¿Aplican los clubes criterios de sostenibilidad a la hora de cuidar el césped?
Sí, principalmente se evita el uso de productos químicos y se reutiliza el agua tras el drenaje, entre otros. Además, los clubes son conscientes de que el césped es un sumidero de CO2 y les ayuda a neutralizar su huella de carbono. Los propios encargados del terreno de juego estamos muy concienciados contra el cambio climático porque es una cuestión que nos afecta directamente.
¿De qué manera?
El calentamiento global ya se deja notar en forma de condiciones climáticas más extremas y esto afecta negativamente al césped. Por ejemplo, el año pasado gran parte de la península se vio afectada por la tormenta de nieve Filomena. Para paliar sus efectos, las cuadrillas encargadas del mantenimiento tuvieron que dedicar un esfuerzo sin precedentes para mantener el césped en óptimas condiciones. Tanto es así, que ningún encuentro se suspendió por culpa del campo y aquellos que sí se aplazaron lo hicieron por otras razones como la imposibilidad para viajar. En la siguiente imagen se puede ver cómo trabaja una cuadrilla especializada en El Alcoraz:
Cuando termina la temporada, muchos clubes prestan sus estadios para grandes eventos como conciertos. ¿Qué ocurre con el césped en estos casos?
Estos campos se deterioran y su césped muere porque los escenarios son estructuras enormes que ejercen una gran presión sobre el terreno. A esto hay que añadir todo el movimiento de montaje, transporte de materiales y la presencia de un público conformado por decenas de miles de personas: es imposible que se mantenga en óptimas condiciones. Después de un concierto, hay que arreglar la tierra aireándola, recolocar los aspersores y todo el sistema de mantenimiento y, finalmente, replantarlo al completo para que tenga homogeneidad en todo el terreno de juego.
Fuente: Diario El Confidencial España