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Samuel Etoo y como logró salir de la ruina que lo encaminaba su agente de confianza

A principios de 2011 fue cuando Samuel Etoo empezó a darse cuenta de que algo no iba bien. Sucedieron dos hechos que sembraron sus dudas sobre los asesores que le llevaban todos sus asuntos legales. Primero sospechó cuando a su madre no le llegaba a Camerún todo el dinero que le mandaba. Por otra parte, los proveedores de una discoteca que tenía el futbolista en Camerún le reclamaban una serie de impagos que él había abonado. Su agente se encargaba de gestionar estos pagos.

El hecho determinante sucedió cuando se dio cuenta de que una sociedad, que en teoría era suya y poseía la mayor parte de su patrimonio inmobiliario, estaba en otras manos. Etoo apenas poseía un 1% del accionariado de la misma, mientras que el resto era propiedad de sociedades controladas por su representante José María Mesalles, según dice la demanda que presentó por aquel entonces.

La pregunta es cómo le pudo suceder esto. Etoo había dado plenos poderes a Mesalles por los cuales gestionaba absolutamente todo su patrimonio. Podía comprar, vender, hacer transferencias, hasta cobrar sus ingresos del Inter... Era el hombre en el que el delantero había depositado toda su confianza desde que a los 22 años le firmó un papel en el que le daba todos estos poderes. Administraba un enorme capital porque Etoo había ganado más de 40 millones de euros solamente de 2006 a 2009.

Los hechos son relatados en dicha demanda. La sociedad de marras era la propietaria de numerosos bienes del jugador: cuatro viviendas situadas en Palma, Barcelona y París, un edificio entero en Douala (Camerún), plazas de parking, trasteros e incluso un Bentley. Etoo era un fan de los coches.

Hasta que un día, el futbolista camerunés se dio cuenta que de esa sociedad no tenía prácticamente nada y todas las acciones eran propiedad de su agente o de sociedades que se situaban bajo su esfera de dominio. Y no sólo eso, sino que se encontró también conque era deudor de múltiples préstamos que se habían concedido a dichas sociedades.

Por aquel entonces, Etoo jugaba en el Anzhi ruso. Antes de tramitar la demanda y ya bien asesorado por buenos amigos, revocó todos los poderes que había otorgado a su anterior representante y pudo rehacer su patrimonio, pero estuvo a punto de quedarse en la ruina.

Fuente: Marca

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