
Este 26 de diciembre de 2025 pasará a la historia del fútbol inglés como el día en que la Premier League rompió prácticamente la tradición centenaria del Boxing Day.
Una fecha que durante décadas se había convertido en sinónimo de fútbol intenso, partidos a todas horas y estadios llenos al día siguiente de Navidad.
La costumbre establecida de disputar una jornada completa de liga justo el 26 de diciembre quedó trastocada en el calendario actual y, por primera vez en décadas, solo se programó un único encuentro de la máxima categoría inglesa: el duelo entre Manchester United y Newcastle United en Old Trafford.
La explicación, según fuentes oficiales y múltiples reportes especializados, se encuentra en una combinación de factores estructurales, comerciales y logísticos que han tensionado cada vez más el calendario futbolístico europeo.
Uno de los elementos clave ha sido la expansión de las competiciones europeas, que ha aumentado el número de partidos que equipos ingleses deben disputar a lo largo de la temporada, reduciendo los espacios disponibles para planificar encuentros nacionales. Esto se suma a contratos de derechos televisivos que obligan a la Premier League a programar la mayoría de sus fechas en fines de semana, en este caso 33 fines de semana completas, con un límite muy estricto de jornadas entre semana para cumplir con dichos acuerdos comerciales.
El impacto de estas obligaciones es claro: hacer coincidir una fecha tradicional como el Boxing Day con un viernes complica enormemente la programación, porque si se concentraran un gran número de partidos ese día, se incumplirían los compromisos de jugar la mayor parte de la temporada en fines de semana, además de generar un exceso de encuentros en medio de la semana siguiente.
Por ello, la liga optó por concentrar la mayoría de los partidos de la jornada 18 en el sábado 27 y domingo 28 de diciembre, dejando al 26 únicamente el enfrentamiento estelar en Old Trafford.
La decisión ha generado controversia entre aficionados y sectores del periodismo deportivo, que ven en este movimiento una devastación de una de las tradiciones más queridas del fútbol inglés, un ritual festivo en el que generaciones de hinchas asociaban el día después de Navidad con fútbol sin descanso desde la mañana hasta la noche. El carácter casi ritual de este día que en años anteriores incluía hasta diez encuentros de liga el mismo 26 de diciembre cuando la fecha caía en viernes, se ha visto reducido a una sola cita, y la percepción de que las exigencias comerciales han terminado por imponer su lógica sobre la historia de la competición ha sido un tema recurrente en redes y artículos especializados.
Desde la Premier League se ha defendido el cambio argumentando que se trata de una adaptación necesaria a los tiempos modernos, con la garantía de que cuando el Boxing Day vuelva a caer en sábado como ocurrirá en la temporada siguiente, habrá más partidos programados para esa fecha tradicional.
Además se ha enfatizado el compromiso con el bienestar de jugadores y la necesidad de permitir descansos adecuados entre partidos en un calendario cada vez más apretado.
Para los clubes, la postura es pragmática ante una agenda saturada por competiciones europeas, compromisos de selecciones y la presión de los derechos televisivos que dominan buena parte de la planificación moderna.
Para los hinchas, sin embargo, este 26 de diciembre silencioso en la Premier League quedará marcado como el día en que una tradición que sobrevivió más de 80 años fue relegada por exigencias del fútbol contemporáneo, abriendo un debate profundo sobre el equilibrio entre historia, negocio y competición en el deporte rey.
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