El futbolista Abou Ali se convirtió el lunes en la figura con sus tres goles y un penal fallado con su club egipcio Al Ahly en el empate a cuatro con los portugueses del Porto.
En un mundo donde los titulares se los llevan los millones y los egos, la historia de Wessam Abou Ali es diferente. No por moda, sino por valentía, identidad y resiliencia.
Este delantero danés-palestino no solo brilla con goles en el gigante egipcio Al Ahly, ni por ser figura internacional con la Selección de Palestina. Lo verdaderamente asombroso es lo que tuvo que vencer para llegar hasta aquí.
Un paro cardíaco lo sacó del juego… pero no de la vida
En septiembre de 2021, con solo 22 años, Wessam se desplomó en pleno partido en Dinamarca. Sufrió un paro cardíaco. El estadio enmudeció. Fue reanimado en el campo. Estuvo cerca de morir. Muchos pensaron que no volvería a jugar.
Pero él eligió volver.
Después de una recuperación física y emocional que pocos logran, regresó al fútbol profesional, más fuerte y decidido. Hoy es uno de los delanteros más letales del continente africano.
Más que fútbol: un símbolo para Palestina
Nacido en Dinamarca pero con raíces palestinas, en 2024 decidió cambiar su destino: renunció a seguir representando a Dinamarca y eligió jugar por Palestina. “Quiero que mi gente sienta orgullo, que sepan que sí se puede llegar”, declaró.
Desde entonces, se ha convertido en uno de los líderes ofensivos de la selección palestina, anotando goles y dejando el alma en cada partido, en un momento histórico para su pueblo.
Un delantero moderno y completo
Lo que más impresiona de Abou Ali en la cancha es su versatilidad:
• No es solo un 9 de área. Baja, arma, presiona y asiste.
• Tiene remate, visión de juego y gran lectura táctica.
• Muchos lo comparan con Benzema por su inteligencia y con Darwin Núñez por su intensidad.
Con Al Ahly ya ganó títulos locales e internacionales, fue goleador de liga y recientemente brilló en el Mundial de Clubes con un doblete ante el Porto.
Una historia real que inspira
Wessam Abou Ali no es un producto de marketing. Es un jugador que se hizo a base de esfuerzo, dolor y convicción. Hoy, cada gol que celebra tiene un peso que va más allá del deporte: representa a una nación, a una causa… y a todos los que alguna vez pensaron que ya no podrían seguir.
