El equipo Botafogo de Brasil logró superar el jueves 1-0 al PSG por la segunda jornada de la fase de grupos en el Mundial de Clubes.
El actual campeón de la Champions sucumbió ante un equipo ordenado y que golpeó en el momento justo.
Aquí compartimos la columna del periodista nicaragüense, Edgar Tijerino, sobre este histórico triunfo para el conjunto sudamericano.
"NO HAY INVENCIBLES Lo demostró Botafogo"
¿Cómo iba a sospechar que este Mundial de Clubes que tanto subestimé, se convertiría en una caja de sorpresas? El Madrid casi pierde, Dominicana sin ganar, sorprende, el Inter de Miami derrota al Oporto, el Inter de Milán “sub” de la Champions empata con el Monterrey, y para remate, el flamante Campeón de Europa, el PSG, ve su prestigio mordido al ser doblegado por el Botafogo 1-0…¿Qué más falta ver? Esto está interesante, y mi butaca está fija frente al computador, el TV y el IPad, solo para girar el cuello, que por cierto necesita de masajes.
Conocen ustedes a alguien que hubiera dudado de la victoria, y no estrecha, del PSG sobre el Botafogo brasileño. No lo creo. A mí no me puso en alerta el 1-0 del primer tiempo a favor del equipo brasileño, consecuencia del difícil gol de Igor Jesús en el minuto 36. Cuando Luis Enrique termine de sacar toda su “caballería”, esto se acaba, me dije, mordiendo el bolígrafo. No, no fue así. La intensidad del segundo tiempo, fue a ratos electrizante. Vitinha era el director de orquesta, el que movía todos los hilos del PSG, pero de alguna manera, inexplicable si se quiere, los cierres con piernas brasileñas y los rechazos por arriba en el área, se multiplicaban saliendo de la nada, inutilizando 10 tiros de esquinas y sobreviviendo a 16 disparos. ¿Qué les parece?
El Botafogo solo hizo 4 disparos, todos a puerta. Raro…El tiempo pasaba y Luis Enrique sentía que le estaban apareciendo más arrugas por el ceño fruncido y se sentía cansado. Lo de “es cuestión de tiempo”, perdía fuerza. El PSG seguía siendo el equipo de ordenada contención, más recuperaciones y avances más constantes, pero el gol no llegaba. El arquero John del Botafogo no tuvo minuto de descanso, y también Barbosa, Jair Paula y Cuibano, pero tenían almacenada suficiente energía. Nunca flaquearon. Hubieran amanecido aferrados a esa ventaja histórica: un equipo de la CONMEBOL sujetando al Campeón de la Champions.
El Botafogo no se desesperó atrás en la lucha contra reloj. Incluso consiguió adrenalina para algunos atrevimientos. Y cuando se consumieron los 6 minutos agregados, los brasileños se sintieron bailando samba alrededor del Arco de Triunfo, en esa gran rotonda. Ofreció el equipo brasileño una gran batalla, y podemos admitir que mereció ganar. Hágale torear al PSG. Ni Manolete, ni Paquirri.
BOTAFOGO FESTEJA
