La Selección de Colombia, al mando del técnico argentino Néstor Lorenzo, llega muy motivada a la Copa América.
Exactamente dos años después de su llegada, está a punto de afrontar su primer gran reto, la Copa América 2024, en la que la tricolor enfrentará en la fase se grupos a Paraguay (junio 24), Costa Rica (junio 28) y Brasil (julio 2).
“Queremos hacer una buena presentación”, dice. ¿Y qué significa eso. “Pues ganarla”, responde sin titubeos, aunque aclara, para no vender humo: “Colombia está bien, pero vamos partido a partido. No creo que seamos favoritos. Argentina y Brasil, incluso Uruguay, son equipos muy grandes, que están en el lote de los candidatos al que nosotros queremos sumarnos, pero para eso tenemos que seguir creciendo y ajustar un montón de cosas”.
Él y sus dirigidos están ilusionados y convencidos de que hay con qué dar la pelea. Su nivel futbolístico y los resultados lo avalan.
La escuadra cafetera ha logrado consolidar un estilo de juego claro y un colectivo que sabe a qué juega y cómo debe hacerlo. A eso le suman mentalidad ganadora y unión, dos aspectos claves para alcanzar los objetivos.
Gracias a esas virtudes la selección ha logrado resultados importantes. Antes del juego de ayer ante Bolivia llevaba 19 partidos invicto con Lorenzo en el banquillo, con 14 victorias y cinco empates, 35 goles a favor y solo 14 en contra, para un rendimiento del 82,4 %.
OPINIÓN DE LUIS FERNANDO SUÁREZ
“Colombia es un equipo bien dirigido, se nota el trabajo y los resultados están ahí”, explica el técnico antioqueño Luis Fernando Suárez, quien ha manejado, además de varios clubes, las selecciones de Ecuador, Honduras y Costa Rica.
Suárez reconoce que “me gusta lo que veo, un equipo compenetrado, con buena energía y maneras futbolísticas, más allá de que siempre se pueda mejorar”.
Un concepto similar tiene Arturo Reyes, entrenador del Junior, quien estuvo al frente de la tricolor absoluta en cuatro partidos. “A este plantel se le nota la armonía, que es un grupo de amigos, que tiran todos para el mismo lado. En ese sentido, creo que el profesor Lorenzo y sus colaboradores han hecho un muy buen trabajo, que se refleja en lo que hacen en la cancha y lo que pasa fuera de ella”.
Ambos creen que el estratega argentino de 58 años ha tenido “una gestión correctísima”, en la que ha sabido aprovechar el talento de los jugadores colombianos que brillan en el exterior. “Ha potencializado lo que encontró. Supo coger la base que había e ir buscando y explorando alternativas”, explica Suárez.
Reyes, que manejó a buena parte de los futbolistas que están en el plantel que jugará la Copa América en Estados Unidos, señala que “en todas las posiciones hay varias posibilidades, opciones de recambio. Hay variedad, defensores centrales fuertes, otros que pueden dar el primer pase; laterales potentes y que ayudan al juego aéreo y otros para salir jugando, que saben salir por la banda, pero también interiorizar; mediocampistas de muy buen pie, que saben distribuir, y extremos y atacantes de diferentes características, con desequilibrio y gol, que en sus clubes lo están haciendo muy bien”.
El profesor Suárez insiste en que buena parte del éxito de Lorenzo fue lograr la mezcla correcta entre experiencia y juventud, con una generación que está de salida y otra que representa el presente y el futuro: “Veo a los grandes (experimentados) muy comprometidos, con una buena energía y con la disposición para aportar desde donde les toque”.
En este nuevo proceso la selección de Colombia ha brillado en los partidos amistosos, con sonoras victorias ante rivales como Alemania y España, pero también en el arranque de la eliminatoria de Conmebol para el Mundial de 2026. En seis juegos está invicta, con tres empates y tres victorias, la más importante de todas nada menos que ante Brasil, a la que por primera vez le ganó en una competición oficial de mayores.
La mayoría de los técnicos colombianos coinciden en que en el país hay muchos entrenadores de gran conocimiento, con condiciones para dirigir la selección, pero también admiten que el trabajo de Lorenzo en la tricolor ha sido destacado: “Nada tiene que ver que sea extranjero. Ese es un tema de capacidad y no de nacionalidad. Para todo entrenador lo primordial son los resultados, y al profe en ese sentido no hay nada que reprocharle”, dice Suárez.
El hecho de no hablar tanto con los medios y de hacer pocas apariciones en público ha mantenido blindado al cuerpo técnico, con un estilo muy similar al de José Pékerman, de quien Lorenzo fue asistente entre 2012 y 2018, y con el que fue a los Mundiales de Brasil y Rusia.
“Estoy muy contento con lo que le está pasando a Néstor Lorenzo, quien fue mi colaborador número uno ahí en el staff, cuando estuve en Colombia. Ha encauzado ahora a una generación que su mano ha crecido mucho, con jugadores en equipos europeos donde tienen muy buena participación y una identidad de juego clara, Colombia sabe bien a qué juega”, admite José Pékerman.
Precisamente, tras un par de años de altibajos y bandazos, la selección se ha convertido en un equipo confiable, sólido, que tal vez no juega tan bonito como las que fueron a los Mundiales, pero que es práctica y efectiva. No depende de una o dos figuras, sino del funcionamiento del colectivo.
“Siempre hemos tratado de que el grupo sea lo más importante, de afrontar todos los partidos con la misma seriedad y con la misma intensidad. Este plantel sueña en grande, pero trabaja también en grande para lograr sus objetivos”, reconoce Luis Amaranto Perea, asistente técnico de Lorenzo.
Colombia llega así, ilusionada, pero con los pies sobre la tierra, a su primer gran torneo grande. Levantar la Copa no es fácil, pero tampoco imposible. Lorenzo y sus muchachos tienen con qué dar la pelea.
Fuente: Diario El Espectador