La selección brasileña se despidió de la afición este martes 21 con la más amarga de las derrotas posibles: 1-0 ante Argentina, en pleno Maracaná.
El partido marcó el posible último partido de clasificación para el técnico interino Fernando Diniz, que en seis partidos registró dos victorias, un empate y tres derrotas, además de una serie de notas negativas.
Sólo debería jugar amistosos en 2024 antes de ceder el puesto al italiano Carlo Ancelotti en la Copa América.
Campeón de la Libertadores con Fluminense, el técnico no logró replicar el buen fútbol de la Tricolor en el equipo canario. Así, después de brillar en su debut, 5-1 ante la frágil Bolivia, el equipo tuvo dificultades para vencer a Perú, empató con Venezuela y acumuló tres derrotas ante Uruguay, Colombia y Argentina.
Pese a los abucheos, los gritos de “equipo descarado” y el cántico irónico de “olé” cuando Argentina tocó el balón, Diniz destacó aspectos positivos del último partido, en la conferencia de prensa. “Creo que si consideramos la rivalidad, con Argentina viniendo de un momento de mucha confianza y siendo actuales campeones del mundo, tenemos un equipo muy mixto… Si consideramos todas las variables de este partido, fue una de las mejores actuaciones” , analizó.
Entre las notas más negativas, fue con Diniz que Brasil perdió su primer partido de clasificación en casa (Argentina), el primero ante Colombia y el primero ante Uruguay en todas las competiciones desde 2001.
En todos los enfrentamientos contra rivales de mayor tradición y calidad, el equipo se enfrentó a una posesión estéril del balón y a una fragilidad defensiva. Recibió siete goles y anotó ocho (cinco contra Bolivia), lo que ayuda a entender el aprovechamiento del 38,8% de los puntos disputados.
Por otro lado, según el sitio de estadísticas Sofascore, el número de grandes oportunidades a favor fue considerablemente mayor que el número de grandes oportunidades concedidas. En total, hubo 16 oportunidades claras para Brasil, 11 de las cuales fueron desperdiciadas, frente a sólo tres de sus rivales.
Aún así, es necesario señalar que ocho de esas 16 chances fueron en la derrota de Bolivia. Esto, entonces, demuestra que Brasil demostró ser un equipo frágil y deslucido contra oponentes más duros.
En estos seis partidos, los dirigidos por Diniz remataron 67 veces y sufrieron 55 remates. De estos intentos, la selección brasileña acertó en 27 y requirió a su portero en 19, lo que demuestra que Brasil anota cada 3,37 tiros y falla cada 2.
En promedio, en estos seis partidos, el cinco veces campeón tuvo un 63,8% de posesión del balón, lo que a menudo no corresponde a un dominio absoluto. El equipo también encajó siete contraataques. Consulte las estadísticas de Diniz a continuación.
Los números de la selección brasileña de Diniz
6 partidos
2 victorias
1 empate
3 derrotas
Tasa de éxito del 38,8%
8 goles marcados
7 goles encajados
19 tiros a portería sufridos
55 tiros concedidos
27 tiros a portería
67 tiros
3 grandes oportunidades perdidas
16 grandes oportunidades (11 perdidas)
63,8% posesión media de balón
7 contraataques concedidos
3,37 tiros a portería para marcar
2,71 tiros a portería para encajar
“La vida no son sólo estadísticas”
Diniz, de 49 años, ofreció una rueda de prensa en la madrugada del miércoles 22 y defendió el trabajo realizado. “En cuanto al proceso para el futuro, [la fecha FIFA] fue sumamente válida, incluso perder para saber qué hacer después de las derrotas, el equipo madura. En términos de resultados, fue muy malo. Son tres partidos consecutivos con derrota. En términos de rendimiento, se tambaleó. En términos de contenido táctico, en ese sentido fue el mejor partido [de Argentina]. Cumplimos con una perspectiva muy positiva de cara al futuro. Hay cosas positivas por delante. Empezaremos a cosechar cosas buenas”, afirmó.
Repitiendo el discurso utilizado en otras ocasiones, incluidas las victorias, Diniz minimizó la importancia del dato. “La vida no puede estar hecha de estadísticas. Si son estadísticas todo está muy mal, pero si lo analizas con un proceso de cambios... Tuvimos tres jugadores hoy que estuvieron en el Mundial. El rendimiento fluctúa. A veces el resultado se escapa. ¿Cómo vamos a ganar? ¿Dejar de construir, evolucionar y dejar de creer en un grupo de estos chicos? Los jugadores se comprometieron”, continuó.
“Si mejoramos, la tendencia es que los resultados aparezcan consistentemente. Hemos estado fluctuando. En mi participación aquí oscilamos entre buenos y malos tiempos. Si podemos profundizar en nuestras relaciones internas, crecer en nuestro trabajo y formación, los resultados aparecerán. Creo en el poder del trabajo. Si crecemos mentalmente, la tendencia de Brasil es hacia la evolución”, añadió.