Años 70, Holanda innova con la presión y aplicar fuera de juego es primordial, el defensor brasileño Marinho Peres lo aprende del técnico Rinus Michel en Barcelona.
Michel el papá del fútbol total de Holanda en el mundial de Alemania 74 con su Naranja Mecánica y luego en Barcelona, dirige a Peres y le enseña cómo hacer los fueras de juego para la presión. El defensa luego lo difunde en Brasil .
La historia es contada en una nota publicada por el diario brasileño el Placar:
La frase es del brillante escritor y periodista Ivan Lessa: “Cada quince años Brasil olvida lo que pasó en los últimos quince años”. Es verdad, pero no debería ser así, y en pocos campos esta cruel máxima es tan cierta como en el fútbol.
No podríamos, de ninguna manera, haber relegado al anonimato la trayectoria de una de las carreras más interesantes en el injusto mundo del fútbol: la del defensa Marinho Peres, natural de Sorocaba, que vio y vivió todo y trajo al país algo sin precedentes: la línea inteligente de fuera de juego, que en aquel entonces se llamaba “línea tonta”.
Lo aprendió en la temporada 1974 y 1975 en el Barcelona, entrenado por el holandés Rinus Michels, que había dirigido a La Naranja Mecánica de Cruyff y compañía en el Mundial de Alemania. “Rinus fue un espectáculo”, dijo la estrella. “¿Sabías que fui el único brasileño entrenado por él? En su debut no oficial con el Barcelona me seguía haciendo señales para subir al campo. Vaya, nunca había jugado así, y lo dije en el vestuario, durante el entretiempo. Pero Rinus quería una defensa ofensiva y yo tuve que aprender ese marcaje en zona con presión. Después, cuando dejé el Barça para volver a Brasil, difundí este esquema entre los brasileños. Scolari, por ejemplo. Él jugó en Caxias, yo jugué en el Internacional y pasamos horas hablando sobre tácticas actuales y futuras”.
Luego de iniciar su carrera en São Bento de Sorocaba, Marinho creció y apareció vistiendo la camiseta portuguesa. También jugó en Santos, Internacional, Palmeiras y América-RJ, donde finalizó su carrera. Dondequiera que fue, atento y acostumbrado a las buenas relaciones, construyó vínculos y conocimientos, que acumuló para la siguiente etapa de su carrera. Pelé, al final de su carrera, en la temporada de 1973, no se cansaba de escucharlo.
En la selección de 1974 –que lamentablemente cayó ante Holanda, recordemos– lució el brazalete de capitán, elegido por Zagallo por sus evidentes cualidades, pero también por hablar español e inglés. En el Internacional ganador de 1976, fue la voz de la organización y la calma junto a otro jugador estrella, el chileno Figueroa. En Palmeiras, en 1978 y 1979, fue la garantía, junto a Alfredo Mostarda.
Murió el 18 de septiembre, a los 76 años. Llevaba más de un mes hospitalizado tras sufrir una neumonía, además de sufrir complicaciones en sus riñones y corazón.