En la actualidad muchos consideran la Premier League como la mejor Liga del Mundo.
El campeón en estos momentos es el Manchester City, ganador también de la Champions League.
Sobre este tema el diario Placar de Brasil presentó el siguiente artículo haciendo referencia a los jugadores de su país en Inglaterra
Cualquiera que camine por la tranquila Stevenage Road, en el oeste de Londres, puede no darse cuenta de que la hermosa pared de ladrillos rojos no es el hogar de una universidad o una antigua fábrica, sino uno de los estadios de la liga más moderna y deseada del planeta.
Inaugurado en 1896, a orillas del río Támesis, Craven Cottage, la casa del Fulham, mantiene su fachada casi inalterada, lo que lo convierte en uno de los campos con más encanto del Reino Unido. Muy cerca de la estatua de Johnny Haynes, ídolo de los años 50 y 70, el brasileño con más partidos en la historia de la Premier League (286) aparca su Bentley y se hace fotos con los aficionados antes de asistir al reportaje PLACAR. Willian Borges, de 34 años, es todo sonrisas en su regreso a la capital del antiguo reino de Albion. Ídolo del Chelsea, pasó por el Arsenal y, tras un regreso sin gloria al Corintios de su infancia, Jugó la temporada pasada en otro rival de los Blues. Vive en paz y convencido de que tomaste la decisión correcta.
“Soy parcial, pero esta es especial, es la mejor liga del mundo. Aprendí a amar este país y es donde quiero vivir después de retirarme”, dice el atleta nacido en Ribeirão Pires (SP), hoy oficialmente ciudadano británico. “Tuve que estudiar mucho y hacer un examen de historia del Reino Unido. Fue difícil, pasé al tercer intento”, se ríe el delantero, uno de los más destacados del Fulham con cinco goles y dos asistencias en 27 partidos. El club del oeste de Londres tuvo su mejor campaña en la élite desde 2012, terminando en el décimo lugar, por delante de su vecino y rival Chelsea, en una prueba más de la competitividad de la Premier. Willian tiene un futuro indefinido en el Fulham, pero si de su voluntad depende, se quedará en Inglaterra.
En un pasado no muy lejano, las ligas italiana y española eran el destino soñado por nueve de cada diez atletas brasileños. El primero en incursionar en suelo británico fue Francisco Ernandi da Silva, de Ceará, Mirandinha, en 1987, para el Newcastle, en una época anterior al Premier, creado cinco años después. En el cambio de milenio, solo había cuatro representantes en la isla, mientras estrellas como Rivaldo, Ronaldo y Ronaldinho Gaúcho desfilaban talento entre los españoles. Hoy, sin embargo, no hay duda de que el Campeonato Inglés es el nuevo Eldorado, el pedazo de tierra que, según la leyenda indígena de la época colonial de América, atraía a los aventureros en busca de oro.
La temporada pasada, Willian contó con la compañía de 34 compatriotas (39, contando los que nacieron en Brasil, pero juegan en otros equipos). Es más que cualquier otra nación excepto el anfitrión Inglaterra. En Italia y España, el número se redujo a 22 brasileños en cada uno. Son marcas que confirman un fenómeno. Las razones son esencialmente económicas, pero no sólo. Los ingresos de los clubes de la Premier en 2022 fueron de 6.400 millones de euros, el doble que el segundo lugar de LaLiga, y la cantidad gastada en transferencias fue de 882 millones de euros, más que los otros cuatro principales competidores juntos, según una encuesta de Deloite. Hay otras atracciones más allá de los números. Los atletas entrevistados por PLACAR en Inglaterra destacaron aspectos como el nivel de competencia, las “colchonetas” y la sensación de mayor seguridad en tiempos de enorme intolerancia en el deporte.
Jorginho, Casemiro y Willian: estrellas de la Premier League brasileña
“La competitividad es increíble, para ganarle a un equipo por abajo hay que sudar mucho. Los estadios siempre están llenos, el ambiente es fantástico, los campos son perfectos y ese ha sido el sueño de todo jugador desde que era niño. Cuando llegas, realmente piensas: WOW”, dice Jorginho Frello, mediocampista de Santa Catarina que defiende al Arsenal y a la selección italiana. Jorginho, de 31 años, vivió el pico de su carrera en el Chelsea con la Champions League de 2021, un mes antes de levantar la Eurocopa para la Azzurra. En su momento, incluso compitió por los premios al mejor del mundo (quedó tercero en el Balón de Oro). Un año después, fue un villano al fallar un penalti que sacó a Italia de la Copa de Qatar y también perdió espacio en los Blues. Cambió de club, pero no de ciudad, y dijo que no se había sentido intimidado por irse al Arsenal. “Aquí hay un poco más de respeto.
“La recepción de la multitud e internamente fue fantástica”. Aficionado del São Paulo, Jorginho dice que ha dejado de lado su objetivo de terminar su carrera en su país de origen. “Seré sincero, quería, pero hay mucha violencia, amenazas a la familia, invasión de CT, agresión en el aeropuerto, que el jugador no pueda ir de compras con su hija si pierde un juego…”, se lamenta “Es una pena, porque Brasil es un país maravilloso, que ama el fútbol, pero tiene que haber un límite”. El discurso de Jorginho coincide con la experiencia frustrante de Willian, un becerro del terrão de Corinthians, que regresó a Timão en 2021, pero dejó el club alegando que ya no podía soportar las amenazas contra él y su familia en las redes sociales. “Muchas veces la presión termina siendo exagerada. Aquí en Inglaterra es diferente, no es que no pase, algo puede pasar en las redes.
He aquí la consagración de un proyecto. La revolución del fútbol en realidad tiene raíces dolorosas. Los años 80 estuvieron marcados por la violencia hooligan y las tragedias de Heysel, en 1985, y Hillsborough, en 1989, en las que murieron más de un centenar de aficionados. La UEFA incluso castigó a todos los equipos ingleses con cinco años de exclusión de sus competiciones. El gobierno de Margareth Thatcher entró en juego y tomó una serie de medidas que frenaron el vandalismo y la inseguridad en los estadios. Los críticos de la Dama de Hierro, sin embargo, señalan que el rey del deporte se ha vuelto cada vez más elitista, casi inaccesible para las clases más bajas. Un brasileño participó en la transformación de Premier en un fenómeno global. En 1995, solo se hablaba de Juninho en el pequeño pueblo de Middlesbrough. “Nuestro mocoso en el reino punk”, presentó PLACAR en su edición de diciembre de ese año.
En su momento, el delantero ya alabó la calidad del césped del estadio de Riverside, que según el informe parecía estar “cuidado por orfebres”. “Premier no era tan popular en Brasil, pero ya tenía organización y estructura. Lo que ha cambiado mucho desde entonces es la competitividad, también por el tema económico, hoy los equipos son verdaderas selecciones”, dice el ídolo del Boro, en el que jugó tres veces, la última en 2004. “Los extranjeros subieron el nivel y Estoy feliz de que este mercado se haya abierto a los brasileños”.
El francés Thierry Henry, el holandés Dennis Bergkamp y el portugués Cristiano Ronaldo son algunos de los outsiders que marcaron la temporada. El cambio de nivel se completó con la llegada de técnicos extranjeros, y no solo estrellas del pop como José Mourinho, Jürgen Klopp y Pep Guardiola, sino varios otros que ayudaron a empujar la cultura de las patadas y las prisas, las patadas que caracterizaron el estilo inglés, al margen. . . En la temporada 2022/2023, entre despedidos y retenidos, la liga contó con 20 entrenadores extranjeros. Douglas Luiz, de Río de Janeiro, por ejemplo, vio potenciado su juego con la llegada del técnico Unai Emery al Aston Villa. “Aportó mucho, porque venía con la mentalidad española, un plan de juego de querer jugar y estar con el balón, a diferencia de algunos entrenadores que llegué aquí que priorizaban el estilo más clásico de los balones largos”,
Douglas, de 25 años, vive en una cómoda casa de Birmingham y aprovecha el gran espacio del jardín para practicar el golpeo de la pelota –marcó dos goles olímpicos esta temporada– y divertirse en el “futtable” personalizado. Es soltero, pero siempre está rodeado. El día de la visita de PLACAR estuvo acompañado por casi una decena de amigos y familiares. “Lo más complicado es el frío, más para mí, soy de Río, pero luego te adaptas. Es necesario tener compañía. Vivo solo, pero nunca estoy solo, rotamos con familiares y amigos”. Compañeros de club como Philippe Coutinho y el arquero Emiliano Martínez, campeón mundial de Argentina, también son una presencia constante. "'Dibu' tiene ese carácter en la cancha, provocador, pero afuera es mucha gente buena".
Los atletas escuchados por PLACAR fueron unánimes en señalar cuál sería el equipo más difícil de enfrentar. “Odio jugar contra el City, no tocas el balón, es terrible”, resume Douglas Luiz. Entre los estadios más temibles, el Anfield del Liverpool y el Old Trafford del United fueron los más recordados. Pero no todo es perfecto. “La gastronomía y el clima aquí no ayudan. Empacamos hasta comida, hay varios restaurantes, pero el frío no tiene remedio”, bromea Jorginho. La tendencia es que cada vez más brasileños estén presentes en la Liga. Incluso el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, facilitó los viajes de los sudamericanos, ya que se creó un nuevo sistema de puntuación menos rígido para obtener una visa de trabajo para extranjeros. Para la élite del balón, las puertas están abiertas.
Fuente: El Placar de Brasil