Mientras Napoli y Eintracht Frankfurt se preparaban para el duelo de revancha por los octavos de final de la Champions League, las calles napolitanas fueron el escenario de una verdadera batalla campal entre ultras de ambos equipos que la prensa local calificó como una "guerrilla urbana".
La situación se salió de control luego de que fanáticos del conjunto italiano fueron a buscar a los 600 seguidores del conjunto alemán que habían viajado a Nápoles pese a tener la prohibición de ingresar al Estadio Diego Armando Maradona.
La policía intentó contener los disturbios, pero las imágenes muestran como fueron superados por los barrabravas, que lanzaban proyectiles mientras avanzaban.
Los enfrentamientos crecieron en cuanto a ferocidad al punto de que algunos móviles policiales fueron incendiados, mientras los transeúntes buscaron refugio en los negocios y edificios cercanos a los enfrentamientos. Los 600 fanáticos alemanes ingresaron el martes a la ciudad e incluso amenazaron con vandalizar un mural de Diego Maradona. Incluso, según las primeras informaciones, habrían sido detenidos algunos ultras de Atalanta, que apoyaron a los alemanes.
Matteo Piantedosi, Ministro de Interior de Italia, quedó en el centro de la escena tras los disturbios protagonizados por hinchas de Eintracht Frankfurt y Napoli. Desde el principal partido opositor, el Partido Demócrata, le pidieron al Ministro que dé "explicaciones ante el Parlamento para aclarar qué sucedió y qué no ha funcionado".
La Alianza de los Verdes y la Izquierda pidió también por la comparecencia del Ministro ante el Parlamento: "¿Cómo es posible que esto nos haya tomado de imprevisto? ¿Por qué se permitió a los aficionados alemanes bloquear la ciudad con manifestaciones no autorizadas?".
Por otra parte, la Liga de Matteo Salvini *-agrupación ultraderechista que conforma la coalición gobernante-, apoyaron al Ministro y propusieron que sea Alemania la que pague por los daños ocasionados por sus ciudadanos.