Las federaciones de Australia y Nueva Zelanda, unidas bajo el lema "como una sola", organizarán en el año 2023 la Copa del Mundo femenina de fútbol con el propósito de seguir impulsando el juego tras el poso que dejó el torneo celebrado el pasado verano.
Las dos naciones recogerán el testigo de Francia tras haber batido a la candidatura de Colombia, la única que resistió hasta la fecha final del proceso, culminado este jueves con la votación telemática del Consejo de la FIFA, tras las recientes retiradas de Brasil, primero, y de Japón, después.
Bajo el planteamiento de Australia y Nueva Zelanda, la Copa del Mundo de 2023 será una plataforma para el crecimiento del fútbol en la región Asia-Pacífico.
El primer Mundial femenino en el hemisferio sur ofrece a la FIFA nuevas oportunidades comerciales y un profundo impacto social para las mujeres y las niñas. Su propuesta se basa "en un concepto innovador que combina la excelencia técnica, la visión y la pasión con una extraordinaria oportunidad para llevar el fútbol femenino a nuevos niveles".
La organización prevé, no obstante, una asistencia récord de 1,5 millones de espectadores en los 13 estadios de 12 ciudades en los que se disputará el torneo. Sídney,
Melbourne, Brisbane, Perth, Adelaida, Newcastle, Launceston, Auckland, Wellington, Christchurch, Hamilton y Dunedin serán las sedes de todos los partidos.
Australia prevé que 600.000 mujeres jueguen al fútbol en 2027. Nueva Zelanda prevé que sean 100.000.
Colombia era el otro candidato para organizar este torneo. Sin embargo, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, anunció la elección de Australia y Nueva Zelanda tras la votación del Consejo, candidatura que mereció la puntuación más alta de dicho informe -con 4,1 sobre 5 puntos-, mientras Colombia se quedó en 2,8, detrás de Japón (3,9), que retiró su proyecto en la recta final, después de que Brasil lo hubiera hecho previamente.