Los ánimos quedaron muy caldeados en el Inter tras el decepcionante empate ante el Slavia Praga como locales, en lo que se suponía debería ser el partido más accesible del grupo.
En esta fase de la Champions, Inter enfrentará también nada menos que al Barcelona y al Borussia Dormunt, por lo que se suponía que el conjunto checo, y más tomando en cuenta que jugaba como local, debería ser el menos poderoso.
Pero el conjunto italiano apenas pudo empatar y el delantero belga Romelu Lukaku estalló de bronca al entrar al vestuario tras el partido.
Las quejas del jugador fueron sobre el mal juego ofensivo y pidió a sus compañeros que siguieran las instrucciones del técnico Antonio Conte.
Fue en ese momento que Marcelo Brozovic reaccionó violentamente, primero con palabras fuertes y luego yéndose a las manos con Lukaku, pero rápido sus compañeros intervinieron.
