Cuando el volante alemán, Toni Kroos, estaba en el coldio le obligaban a jugar sin botas para igualar los partidos que disputaba contra los rivales ya que era muy bueno y era la única manera de equilibrar los compromisos.
Así se destaca en una nota del Diario ABC de España que cuenta la historia del actual jugador del Real Madrid,
«Al diez, hay que echarle un ojo al diez», le decía Franz Beckenbauer a su amigo Gerd Muller, «Va a ser un fenómeno». El Kaiser siempre ha tenido buen ojo y en aquel Mundial sub-17 no le faltaba razón.
Toni Kroos era ese diez y formaba parte de aquella generación campeona de las divisiones inferiores donde pululaba gente como Ozil, Khedira, Schweinsteiger, Muller o Gotze, es decir, la base de la actual campeona del mundo.
Sin embargo, la historia de Toni Kroos (24 años), el héroe de la semana en el Real Madrid, empezó antes. Nació en Greifswald pero su padre vio que tanto Toni como su hermano pequeño Félix habían nacido para jugar al fútbol. Así pues se trasladaron a Rostock, donde tenían un equipo más poderoso, el Hansa
Toni, chico sensato, serio y meticuloso, no estaba mucho por los estudios. Según sus compañeros tenía cabeza suficiente para sacar sobresaliente en las asignaturas, pero lo que él buscaba era entrenarse con los cadetes del Hansa e ir a los torneos día sí, día también. Su profesora de aquel entonces llegó a comentar que «faltaba mucho y se veía que era vago para esto de los estudios.
Pero sabíamos que era muy bueno en el fútbol y como hacía lo justo para aprobar le dejábamos hacer. Era muy responsable y sabía que tenía que sacar notas aceptables. Con eso le valía». Sus profesores añaden: «Siempre fue un chico humilde que tenía los pies sobre la tierra. Nunca le oímos fanfarronear con el fútbol. Era agradable y simpático».
Todo lo aprobaba raspado menos en Educación Física. Sus compañeros recuerdan que «ahí se salía. Era tan bueno jugando quelos profesores le obligaban a jugar descalzo para igualar un poco los partidos. Si no, no había forma de ganarle».
Del Hansa pasó a los juveniles del Bayern, una cesión, regreso a casa y despedida para ir al Madrid tras darse una vuelta por Brasil para traerse la Copa del Mundo.
En el Madrid aún tiene algunos problemas con el idioma: «Menos mal que aquí mucha gente habla en inglés. Además todos son muy amables conmigo. Si Ancelotti quiere algo, me lleva aparte y me lo dice en inglés. Aquí se vive con mucha pasión el fútbol y la gente es muy amable por la calle».
Kroos se salió ante el Rayo: dio 59 pases (muchos en campo contrario), 51 buenos y seis malos, con un 89 por ciento de acierto. Corrió 11,6 kilómetros y marcó un gol portentoso. Como diría Pep: «Es el p... amo de la fábrica».