El Partick Thistle, un modesto club que milita en la Premier League escocesa, ha saltado a la fama gracias a los peculiares métodos de su entrenador. A Alan Archibald, que fue jugador de este equipo y del Dundee United, no se le ha ocurrido otra cosa que castigar la falta de intensidad de sus futbolistas obligándoles a llevar disfraces ridículos en las sesiones de entrenamiento.
Gary Fraser fue primer futbolista obligado a ponerse una vestimenta impropia para jugar al fútbol. El técnico también quiso reprender su comportamiento en un partido de la pasada temporada en el fue sancionado con nueve encuentros al resultar expulsado. Entonces, el centrocampista tuvo que vestirse con un traje rosa de bailarina clásica, tutú incluido. Aquel fue el «traje de castigo» durante ese curso.
En esta temporada, Archibald ha escogido otro traje para reprender a los suyos. Hace solo unos días, el defensa Jake Carroll publicaba en su cuenta oficial de Twitter unas imágenes en las que aparecía entrenándose con un ridículo disfraz de hombre musculoso. El futbolista, que se tomaba con muy buen humor el castigo, fue suplente este fin de semana en el campo del St Mirren, que caía derrotado ante el Partick Thistle (0-1), el equipo con uno de los entrenadores más peculiares del fútbol europeo.
Sin duda el castigo más sonrojante que se ha visto en el fútbol escocés y posiblemente en el fútbol mundial.