Lección ejemplar la que ha dado el Chelsea como club y que debería extenderse por el mundo del fútbol y del deporte. El club inglés ha decidido expulsar de por vida a un aficionado por proferir insultos racistas a Raheem Sterling, jugador del Manchester City, el pasado 8 de diciembre en el partido que enfrentó a ambos conjuntos en Stamford Bridge.
El club londinense optó por esperar a que la policía acabara su investigación, saldada sin cargos criminales para los encausados, y ha sido ahora cuando ha efectuado su propia investigación e impuesto sus propias sanciones, una vez concedido el derecho a apelar a los aficionados implicados en el incidente.
Los blues han expulsado a un aficionado de por vida por romper los términos y las condiciones de la entrada una vez examinadas las pruebas, vídeos de las cámaras de seguridad del estadio y la ayuda de dos lectores de labios expertos. Los cargos han sido: abuso de lenguaje racista abusivo y comportamiento agresivo y amenazador.
Además, otros cinco hinchas han sido sancionados sin poder entrar a Stamford Bridge entre uno y dos años, según los casos, por uso de lenguaje abusivo y comportamiento agresivo y amenazador. Además, estos cinco aficionados se han comprometido a controlar mejor su comportamiento cuando regresen al estadio.
