El Real Madrid sucumbe en la Champions
Los últimos tres resultados del Real Madrid encendieron las alarmas. La escuadra blanca, donde milita el portero costarricense Keylor Navas, sumó dos derrotas, un empate y muchas dudas. Como agravante no ha logrado anotar.
Muchas críticas han ido dirigidas al técnico Julen Lopetegui, pero algunos jugadores también son señalados por su rendimiento.
Florentino Pérez, presidente merengue, tampoco se salvó. Al jerarca le achacan no haber realizado un fichaje de peso tras la salida de Cristiano Ronaldo.
Driario ABC y AS presentaron los siguientes artículos donde puntualizan los principales errores del Madrid:
Falta de gol
La clave de todo. Es verdad que el Madrid no ha jugado esta dos últimas semanas como lo hizo en los primeros partidos de Liga y contra la Roma, pero aún así ha generado bastantes ocasiones ante Athletic, Sevilla, Atlético y CSKA, pero sin puntería. En unas ocasiones los palos y en otras las buenas paradas del portero rival y la mala decisión a la hora de rematar están penalizando al equipo blanco, que desde hace once años no acumulaba tres partidos consecutivos sin llevar la pelota a la red contraria.
Mal momento de Benzema y Asensio
Dos de los jugadores llamados a tirar del equipo tras la marcha de Cristiano Ronaldo, algo que sí hicieron hasta mediados de septiembre pero no desde entonces. Lo intentan sin acierto, toman decisiones equivocadas y desaparecen durante muchos minutos. Su irregularidad deja al equipo huérfano de dos de su mejores talentos. Les toca espabilar y ponerse las pilas.
Las lesiones
Como cada temporada, la enfermería del Real Madrid es ya un serio problema para el equipo de Lopetegui. Dos laterales, Marcelo y Carvajal, un medio, Isco, y un delantero, Bale, sufren distintos percances y el equipo nota sus ausencias en todas las líneas. La aparición de Odriozola, Reguilón, Ceballos y Mariano no ha sido suficiente para paliar las bajas. Se echa de menos a los titulares y el fondo de armario no acaba de dar las soluciones adecuadas.
Sin confianza
El gol encajado ante el CSKA muestra debilidad mental. El Madrid no puede cometer un error tan ingenuo a los 80 segundos de un partido, y menos si este viene de las botas de Toni Kroos, uno de sus futbolistas más fiables. Tampoco Varan estuvo acertado en la acción, con una endeble defensa en el mano a mano ante Vlasic. Las continuas protestas al colegiado de Nacho, habitualmente un futbolista muy tranquilo dentro del terreno de juego, muestran también el desquiciamiento y la impotencia del equipo blanco.
Dudas en defensa y rotación en la portería
Lopetegui está ocultando públicamente su modus operandi con los porteros, pero tras la titularidad anoche de Keylor y la habitual de Courtois en Liga, parece claro que la apuesta será por el costarricense en Europa y por el belga en el torneo doméstico, una medida que no acaba de generar confianza absoluta en el equipo, que muestra muchas dudas a la hora de defender, a pesar de que ambos guardametas están respondiendo cuando le toca ser protagonista.
No se hizo un fichaje de peso
La pérdida de potencial, de recursos humanos y de talento son palmarias y convierten en irresponsable la decisión de no reforzarse mejor mientras se vive el sueño obsesivo de Neymar y la reforma del estadio. El fichaje ha sido un crédito millonario. Cristiano no jugó contra la Roma y el equipo blanco lo bordó, pero obviar 451 goles en nueve temporadas como si se hubiese ido un cualquiera, jubilarle de manera anticipada por las fobias personales, por no llevarse bien, y no intentar rellenar el agujero es, básicamente, lo que dijo Keylor: tapar el sol con el dedo. Hace frío sin el astro rey.
El caso Mariano
Mariano regresó al Real Madrid este verano para cubrir las necesidades de contar con un delantero con gol en el banquillo. La idea de Lopetegui parecía clara: dar continuidad a Benzema en el once inicial y que el ex del Olympique de Lyon fuera su sustituto de garantías. Sin embargo, el canterano blanco no está teniendo los minutos que se esperan de un jugador como él, que siempre que salta al campo ofrece sensación de peligro continuo.
En lo que va de curso, tan solo ha jugado 110 minutos y todos ellos como reserva, en los que ha anotado un gol. Este martes, en el partido ante el CSKA, su presencia se dejó notar, no solo por su capacidad rematadora -con un espectacular testarazon contra el palo-, sino porque es un jugador que fija a la defensa rival y obliga al equipo contrario a cerrarse, permitiendo que el juego por banda sea más fluido. Pero, de momento, Lopetegui no le ha dado la confianza suficiente.
La mentira de la posesión
Evidentemente, el equipo está sufriendo un proceso de adaptación. Aunque la base del conjunto es la misma que la de los anteriores y exitosos años, la llegada de un nuevo entrenador siempre trae nuevos concepctos y, en el caso de Lopeteui, uno de los más claros es la posesión. Al técnico le gusta que sus equipos tengan el balón, lo muevan con fluidez y, desde ahí, creen las ocasiones de gol para llevarse los partidos. Y estos conceptos aún no se han terminado de asimilar.
El Madrid cada vez más tiene la posesión, pero no termina de encontrar el camino a puerta. Un 59,6% ante el Sevilla, un 65,8% ante el Atlético y un 70% ante el CSKA no fueron suficientes para sumar en una sola de las tres ocasiones los tres puntos. ¿La razón? Tener el balón no significa nada si no lo mueves con rapidez, con un motivo real y con un clara idea de juego. De momento, el concepto de Lopetegui sigue madurando y no ha llegado a donde el técnico desea.
Diario AS: El Real Madrid ha vendido 75 goles en sólo dos veranos
El Real Madrid ha extraviado el gol. Cinco horas sin encontrarse con él, tres partidos consecutivos. Hay que remontarse a la época preCristiano para encontrar a un Real Madrid que encadenase tres partidos sin celebrar un tanto. Fue en enero de 2007, con Capello en el banquillo. Desde entonces, sobre todo desde el fichaje del portugués en 2009, el equipo ha sido un cañón certero. Pero desde el verano de 2017 el club emprendió un proceso de adelgazamiento en ataque de la plantilla. Primero vendió a Morata y James y el pasado mes de julio a Cristiano, el máximo artillero de la historia del Real Madrid (450 en 430 partidos).
En total, en poco más de un año el Real Madrid se ha desprendido de 75 goles (20 de Morata y 11 de James en la 2016-17 y los 44 de Cristiano en la 2017-18) y no ha fichado a un nueve de envergadura europea que supla parte de esa pérdida de artillería y sea competencia seria para un Benzema que sólo ha rematado una vez a puerta en los últimos cinco partidos. Este verano reclutó a Mariano, al que traspasó en 2017 al Lyon (allí hizo 21 goles), pero esa única llegada no compensa la sangría y, por el momento, Lopetegui no le ha dado ninguna titularidad a pesar de que su rendimiento está comprometiendo a Benzema. El club vendió la teoría de que sin Cristiano sería Bale y Benzema los que cogieran la bandera del gol, pero el primero no muestra regularidad y el segundo ha vuelto a su versión más indolente tras un inicio esperanzador.
En época de necesidad se añora la abundancia y nadie daba más que Cristiano. Su sombra es del mismo tamaño que su cuenta goleadora en el Madrid pues no hay nadie en la plantilla que pueda reparar esos 50 goles de media que hacía el portugués. Su balance de blanco refleja su carácter de depredador: tras sus nueve años en el Madrid, se marchó como máximo goleador de la historia del club (450 en 438 encuentros), fue Pichichi de LaLiga en tres temporadas, marcó más de 50 goles en seis años, se convirtió en máximo goleador de la Champions (120, 105 como madridista). Pero este verano se marchó del Madrid a cambio de 100 millones de euros. El vestuario ya no oculta que esa salida ha mermado los poderes del equipo. “Cristiano hizo mucho, el sol no se tapa con un dedo”, sentenció Keylor tras caer ante el CSKA.
Cierto que el portugués no jugó contra el Roma y el Madrid brilló, pero es innegable que su salida ha colocado al ataque blanco en el umbral de la pobreza. Una pérdida de potencial que el Madrid la inició en 2017 cuando vendió a Morata y James Rodríguez (también a Mariano aunque su puesto lo ocupó Mayoral). Entre los dos contribuyeron a 31 goles en la 2016-17. Formaban parte de aquello que se denominó Segunda Unidad, pero acabaron saliendo en busca de más protagonismo. Morata, segundo máximo goleador de esa temporada (20 tantos en 1.872 minutos) sólo por detrás de Cristiano, fue traspasado al Chelsea por 80 millones de euros. Se vio obligado a permanecer a la sombra de un Benzema que jugó sin importar si estaba bien físicamente o no, pese a marcar menos tantos que él (19). Al final, Morata, que dio con sus goles 13 puntos al Madrid, optó por salir a la Premier.
Una semana antes, la entidad decidió mandar a James al Bayern. El colombiano, fijo con Ancelotti y menguante con Zidane, es un centrocampista con gol y así lo demostró en sus años de blanco. Marcó 36 tantos en tres temporadas. En la última como madridista, la 2016-17, hizo 11, que le situaron como el cuarto máximo goleador de aquel Madrid tras Cristiano (42), Morata (20) y Benzema (19)… Esa aportación en ataque no ha bajado en el Bayern. La pasada campaña marcó más goles en la Bundesliga (7) que Benzema en LaLiga (5). En total sumó ocho tantos en 2.643’ (uno cada 330’) por los 12 de Karim en 3.237’ (uno cada 269’). Una pérdida de goles y de talento que el Real Madrid, tal vez soñando con los fichajes de Neymar o Mbappé o condicionado por una política de ahorro para el nuevo estadio (Florentino endeudará al club en 575 millones), no ha compensado.
Fuente: Diario ABC - Marca - El Confidencial