El sábado ante Argentina, la selección de Francia tuvo su mejor actuación en el torneo tras una fase de grupos donde dejo algunas dudas. El responsable de ese buen funcionamiento en Kazán, se llama Didier Deschamps quien le dio más libertad a su joven figura Kylian Mbappé y este finalmente respondió de gran manera.
No hay duda de hasta qué punto Kylian Mbappé se anunció en el escenario mundial el sábado, anotando un doblete y provocando un penal en una espectacular actuación en el triunfo de Francia 4-3 ante Argentina en Kazán. Incluso aquellos que siguieron de cerca la carrera de Mbappé desde sus primeras incursiones en Mónaco no esperaban el recital del joven futbolista, a pesar de sus constantes buenas actuaciones. El jugador de 19 años iluminó el terreno de juego, pero su técnico también merece elogios por haber utilizado una táctica que le dio a su joven estrella la oportunidad de brillar.
Didier Deschamps ha ofrecido partidos similares desde la Eurocopa 2016, ya que Francia ya no cuenta con jugadores como Dimitri Payet, Laurent Koscielny, Patrice Evra y Bacary Sagna, ya sea porque se retiraron o por no estar disponibles debido a una lesión. Los jugadores traídos para reemplazar a la vieja guardia han empezado a impresionar, pero muchos de ellos aún se están recuperando. Benjamin Pavard, que no había jugado un partido competitivo con Francia hasta la Copa del Mundo, anotó un golazo que podría ser un aspirante al gol del torneo, pero la verdadera excepción entre la generación más joven ha sido Mbappé, que no ha perdido tiempo en ejercer su considerable influencia en un grupo de jugadores experimentados.
El sábado, Deschamps entregó lo que podría ser su mejor momento como técnico de Francia. Todos los entrenadores intentan seleccionar un equipo equilibrado, pero Francia no tuvo nada de eso, alineando un extraño 4-4-2 / 4-3-3. Blaise Matuidi no jugó como un extremo izquierdo, sino más bien en el papel que le viene de forma más natural, como un mediocampista central del lado izquierdo cuya proporción de trabajo permite a sus compañeros más talentosos el espacio necesario para jugar. En el flanco opuesto, a Mbappé se le dio un rol casi completamente libre, con Paul Pogba, Pavard y N'Golo Kanté tomando voluntariamente su tiempo. Capaz de cortar dentro o y crear espacio para Antoine Griezmann y Olivier Giroud, era excelente y podría haber hecho aún más para herir a Argentina si sus compañeros de equipo lo hubieran elegido más a menudo.
Deschamps reconoció que Mbappé podría funcionar mejor si tuviera espacio y completa libertad. Fue un llamamiento audaz priorizar a un jugador de 19 años con cinco goles internacionales sobre sus compañeros de equipo más experimentados. También estaba ejerciendo mucha presión sobre un jugador tan joven, especialmente uno que llegó al torneo ligeramente dañado por una situación estresante con su equipo del club. Pero funcionó.
Mbappé lidió con la presión con facilidad, aprovechando no solo su propio brillo individual sino también la disposición de sus compañeros de equipo, bajo la tutela de Deschamps, para subsumir sus propios deseos y dejarlo jugar. Pogba y Griezmann no se convirtieron en portadores de agua, pero trabajaron desinteresadamente para servir a Mbappé. Como los nombres más reconocibles, que han estado bajo presión para ser buenos para Francia en el escenario mundial, mostraron una dedicación impresionante al colectivo. Su esfuerzo dice mucho sobre la evolución de este equipo como grupo.
Deschamps merece también grandes elogios. No solo se le ocurrió una formación inusual y motivó a los jugadores a ejecutarla correctamente, sino que también los hizo jugar como un equipo. Francia ha producido una colección sublime de futbolistas en los últimos años, pero con demasiada frecuencia han confiado en el individualismo en lugar de en una mentalidad colectiva. El DT galo parece haber convertido esa narrativa en su cabeza tanto dentro como fuera del campo. El grupo en su conjunto reconoció el daño que Mbappé podría hacer frente a una retaguardia argentina y le permitió al joven, en lugar de uno de los delanteros con más experiencia, ser liberado en gran parte de sus responsabilidades defensivas.
Deschamps enfatizó aún más este nuevo espíritu de grupo después del partido, diciendo: "Hay una excelente mentalidad en este grupo e hicimos todo lo posible para ir más allá. Como soy responsable de todo, particularmente cuando no va bien, estoy muy orgulloso. Estoy muy feliz por ellos porque se han estado preparando durante semanas y meses. No podíamos perderlo y no nos lo perdimos".
Es difícil envidiar a Deschamps en este momento, pero las cosas serán mucho más difíciles contra Uruguay en los cuartos de final. Óscar Tabárez tiene más control sobre su equipo que Jorge Sampaoli y también está en posesión de la mejor defensa del torneo. Uruguay es particularmente sólido en el central, donde el dúo Atlético de Madrid Diego Godín y José Giménez dan la bienvenida y repelen a todos los visitantes. Contra Portugal tuvieron un solo tiro en la segunda mitad, del que anotaron el gol ganador, y solo el 30% de posesión, pero sus centrocampistas parecían cómodos. Si Mbappé puede desestabilizar a Godín y Giménez, realmente habrá llegado.
Esta historia sensata podría ser rápidamente volteada el viernes, pero, al menos por un momento, Francia y su gerente asediado son muy útiles. Son los resultados que importan en el fútbol de torneos y hasta ahora que Deschamps ha entregado.
