La cúpula directiva de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala, comandada por Jorge Mario Féliz, renunció en conformidad al ultimátum impuesto por la FIFA el día lunes para dar celeridad al proceso de normalización de la Fedefut después de la suspensión que pesa desde 2016.
El vocal I del comité ejecutivo, Carlos Fernández, confirmó a TV Azteca-Guate la dimisión de los dirigentes, incluido él, Véliz, el secretario general, Max Solórzano, y el tesorero. Al tiempo, Solórzano convocó, a través de un comunicado de prensa, a una asamblea de socios el próximo 12 de mayo que respaldará las renuncias y abrirá paso a una nueva etapa de cara a la cancelación de la suspensión que no permite que los clubes afiliados y representativos nacionales guatemaltecos disputen ningun torneo internacional.
"Los miembros del comité ejecutivo tienen responsabilidad como funcionarios públicos electos de conformidad con las leyes guatemlatecas y por consiguiente para no caer en un incumplimiento de deberes o abandono de cargos", justificó Fedefut en la misiva difundida para dar a conocer las dimisiones.
El 23 de abril, la FIFA envió una carta a la federación centroamericana, firmada por la secretaria general Fatma Samoura, en la que explica que enviará una delegación al país para evaluar los efectos de las reformas estatutarias y legales emprendidos por Fedefut, mismas que fueron aprobadas por el gobierno presidido por Jimmy Morales amparadas en la Ley Nacional para el Desarrollo de la Cultura Física y del Deporte.
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La revisión de FIFA a las medidas podría facilitar la rehabilitación de la Fedefut, lo que permitiría que los representativos guatemaltecos reciban autorización para regresar a la competencia internacional. Sin embargo, el seguimiento del proceso estaba sujeto a la renuncia del comité ejecutivo de la Fedefut, una exigencia que debía cumplir a más tardar el miércoles 24 de marzo.
La Federación guatemalteca fue suspendida en 2016 por que la FIFA encontró violaciones a sus estatutos en la conformación de un comité regularizador después de que varios dirigentes encararan procesos judiciales por corrupción y conflicto de interés a raíz del FIFAgate.