El fútbol se gana con goles pero también cuenta evitarlos y los títulos cada vez encumbran también a los porteros y los equipos con los mejores números 1 se acercan al éxito.
Sí, sucede en cada rincón del planeta: en el mundo del fútbol nos deslumbra mucho más el gol, el pase de taco o el sombrerito que el vuelo del arquero para descolgarla del ángulo. A todos nos resuena hermoso al oído el grito ensordecedor de una conquista en la hora o el trueno que provoca en la tribuna esa jugada de fantasía. Es incuestionable. Si hasta encontramos con absoluta facilidad la manera de describir la gran acción mágica que supo acariciar el corazón del hincha futbolero.
Es tan marcada la diferencia entre una cosa y la otra que a la jugada de ese futbolista que fue deslizándose por la cancha dejando rivales por el camino ya le adjudicamos como premio la singular calificación: hizo una jugada “maradoniana”. De esa manera, lo elevamos al olimpo de las grandes imágenes que puede entregar el fútbol al espectador. ¿Y de las atajadas qué?
Eduardo Galeano lo escribió mejor que nadie: “Él no hace goles. Está allí para impedir que se hagan. El gol, fiesta del fútbol: el goleador hace alegrías y el guardameta, el aguafiestas, las deshace”.
Pero, ¿qué significa deshacerlas? ¿Nada más que un simple recuerdo para los más memoriosos? Llegó la hora de ser bien justos y entregarle el lugar que le corresponde al que muchas veces queda de frente a un pelotón de fusilamiento para lograr que los otros diez que están en la cancha consigan tener en sus manos la copa del campeón.
Para entenderlo con claridad hay que observar los números de los combinados que terminaron coronándose campeones del mundo. Brasil en 1970 fue quizás la gran excepción a la regla. A partir de allí creció con intensidad la frase “no hay mejor defensa que un buen ataque”, lo que no deja de tener su validez si arriba tenés unas bestias que son capaces de acumular 19 goles a favor y así enterrar unos cuantos metros para abajo los siete goles que le convirtieron a su arquero Felix.
Pero sin contar lo que hizo ese equipo, la realidad marca que los campeones siempre terminaron siendo muy fuertes desde el arco hacia adelante. Aún contando con extraordinarios delanteros y célebres jugadores -como Argentina en 1986-, la gran productividad estuvo en los pocos goles recibidos.
Alemania en 2014, por ejemplo, terminó levantando la Copa del Mundo con apenas cuatro goles en contra. España, la del super fútbol de posesión y creativo, en 2010 solamente recibió dos goles en su arco y esos números fueron los mismos de italia en 2002.
O sea, para que suene bien fuerte: el 1 te saca campeón. Claro que todo se trata de un buen trabajo colectivo, pero las hazañas del arquero son absolutamente determinantes para que la Copa, como cantan los hinchas, termine en las vitrinas.
En Rusia estarán presentes muchos de los mejores arqueros del mundo, por lo cual la lucha será tan pareja como sucederá con el potencial ofensivo que cuentan varios candidatos.
A la hora de jugar para poder descifrar quiénes llegarán mejor que otros en este rubro tan trascendente, hay que remarcar algunos nombres. España irá a la gran cita con el mejor arquero de la Premier League y uno de los mejores de las Eliminatorias: David De Gea. Las estadísticas del guardameta del Manchester United son realmente llamativas, lo que ha generado -entre otras cosas- que lo consideren “un extraterrestre”.
Bélgica irá con el gigante Thibaut Courtois. Es cierto que falló en la Champions League contra el Real Madrid, pero nadie puede olvidar que en 2017 fue el “Guante de Oro” de la Premier League.
Alemania está bien custodiado, sin importar si puede o no puede contar con el fenomenal Manuel Neuer -desde hace un buen rato el mejor de todos-, porque Marc André ter Stegen ya demostró con creces en el FC Barcelona que es ultra seguro con las manos y muy eficaz con los pies.
Si Costa Rica se permite soñar con una gran figuración en Rusia 2018 es en gran parte por los increíbles reflejos que tiene Keylor Navas. Sus atajadas milagrosas y salvadoras ya quedaron grabadas a fuego en los “ticos” en el anterior Mundial.
Y hay más candidatos a convertirse en el gran arquero del Mundial. Porque Francia cuenta con Hugo Lloris, el arquero del Tottenham que entra por clase y por batallas ganadas en la lista de los mejores.
Polonia cuenta con Wojciech Szczesny, uno de esos futbolistas que se hace fuerte en lugares donde otros se derrumban. Y Colombia sabe de sobra que David Ospina, que ya entró entre los mejores guardametas de la historia de su país, es sinónimo de tranquilidad.
Uruguay no se queda atrás. Fernando Muslera puede no tener hoy la mejor de las temporadas en la Liga Turca, pero con La Celeste -con la que jugará su tercer Mundial- muchas veces mereció que se le entregara tanta ovación como la que se le ofrendó a Suárez o a Cavani por su gol ganador.