Hakan Sükür, exdelantero turco que enfrentó a Costa Rica en el Mundial del 2002, vivió en el 2016 una situación complicada que lo obligó a dejar su país. Hoy, lejos del futbol, busca salir adelante en el exilio tal y como lo resalta la siguiente nota del diario Mundo Deportivo.
Sükür es conocido por ser el autor del gol más rápido de la historia de los Mundiales, después de necesitar solo 10 segundos para batir a Corea del Sur en 2002 en el partido por el tercer puesto, y por ser el máximo goleador histórico de la selección de Turquía, con 51 tantos en 112 encuentros, pero su vida ha cambiado por completo en los últimos años.
Después de su exitosa trayectoria como profesional, Hakan Sükür fue elegido en 2011 miembro del Parlamento turco por la formación política AKP, el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, y se mantuvo en su cargo durante dos años y medio, hasta que renunció por los escándalos de corrupción que había en el gobierno turco y por su estrecha vinculación con Fethullah Gülen, clérigo que se autoexilió en 1999 a Estados Unidos y que fue culpado de las investigaciones a la ejecutiva de Erdogan.
Tras seguir su carrera política como independiente y compaginar su trabajo con análisis en retransmisiones de partidos de fútbol en la televisión pública ‘TRT’, Sükür fue acusado de insultar al presidente Erdogan en Twitter en febrero de 2016 y en agosto de ese mismo año solicitaron su arresto por “ser miembro de una banda terrorista armada” por su relación con Gülen. Con la policia turca tras sus pasos, Hakan Sükür consiguió viajar a Estados Unidos y exiliarse, dejando atrás a Turquía para siempre.
Hakan Sükür se mudó a Palo Alto, localidad californiana cercana a San Francisco y donde está situada la prestigiosa Universidad de Stanford, y empezó una nueva vida. Desde el pasado noviembre, el exfutbolista dirige un moderno café, el Tuts Bakery, donde se pueden degustar desayunos, sopas, platos vegetarianos, sandwiches y paninis, alejado de tensiones y persecuciones políticas.
El cambio radical de Hakan Sükür, pasando de héroe nacional elogiado hasta la extenuación a propietario de una cafetería perseguido por la justicia, pone en relieve que nadie en esta vida es intocable.
Fuente: Mundo Deportivo