El futbolista Ismail Gunduz, del SK Rum de la quinta división en Austra, ha recibido una de las más severas penas en la historia del fútbol. El jugador ha sido castigado este viernes con 70 juegos de suspensión.
La sanción fue impuesta por un comité de disciplina debido a una agresión a un árbitro.
Según se informa, todo sucedió cuando el jugador recibió una segunda tarjeta amarilla y muy indignado, Gunduz dio un cabezazo al silbatero, dejándolo con los labios abiertos y con sangre corriendo por su rostro. La situación era tan grave que el partido se suspendió para que el árbitro fuera trasladado al hospital.
Además de la suspensión, el jugador de 26 años de edad fue multado con €257 por su club.
"Me resbalé"
Gunduz se defendió tras conocer el castigo y dijo que es injusto. "Me resbalé... El castigo es una locura", comentó.