Claudio Bravo fue el héroe del Manchester City en los cuartos de final de la Copa de la Liga. El portero chileno, condenado al ostracismo desde la temporada pasada -primero con Caballero y ahora con Ederson-, se reivindicó en la tanda de penaltis ante el Leicester City, siendo decisivo para que los citizens se metieran entre los cuatro finalistas del torneo inglés.
Tras el 1-1 que ni la prórroga pudo remediar, la eliminatoria se decidió en la tanda de penaltis. El Leicester erró los dos últimos, por lo que el equipo dirigido por Pep Guardiola pudo lograr el pase.
Precisamente el técnico catalán fue el protagonista junto al chileno tras la conclusión del choque. Guardiola fue a abrazarle, pero Bravo, incómodo con su situación actual en el equipo, le ignoró en todo momento mientras aplaudía a su afición.