Se iba el partido y el Inter de Porto Alegre tenía que conformarse con un empate sin goles ante Luverdense. Hasta que, en tiempo de descuento, estalló la polémica y se desató el escándalo.
¿Qué pasó? En un ataque del conjunto local, el juez de línea vio un offside, levantó la banderita y hasta se metió unos pasos dentro del campo de juego, dando por hecho que el árbitro principal seguiría su decisión.
Todos los defensores de la visita se quedaron quietos (muy verdes), pero el árbitro no estuvo de acuerdo con su asistente y dejó seguir (hizo un claro gesto de "siga, siga") y la jugada terminó en gol de William Pottker.
En ese momento, todos los futbolistas se fueron contra el juez de línea. Recién lograron reanudar el partido quince minutos más tarde, aunque la suerte ya estaba echada.
Con esta victoria, Inter se colocó en la quinta posición de la Serie B de Brasil. Los primeros cuatro equipos de la tabla de posiciones subirán a Primera.
El Inter de Porto Alegre disputa por primera vez en su historia una temporada en la Serie B del fútbol brasileño y en 15 partidos disputados por ahora aún no ha logrado acceder a la zona de ascenso.