Que Thomas Müller no haya marcado un solo gol en estos cinco partidos de la Eurocopa de Francia (unidos a los otros cinco de la Eurocopa de 2012) se ha convertido en un problema de Estado en esa Alemania que tantas veces agradeció su acierto.
Pero Müller, aunque ya no sea aquel niño que dormía con la camiseta del Bayern y que sólo dejaba el balón a un lado para hacer de monaguillo en su pueblo bávaro de Pähl, sigue teniendo toda una carrera por delante.
Con o sin psicólogos de por medio.Su carácter siempre fue algo especial. Cierto. Pep Guardiola ya lo pudo comprobar durante sus tres años al frente del Bayern, sin que le importara demasiado discutir públicamente con un futbolista con el que siempre fue necesario aquello del palo y la zanahoria. Banquillo, pelea, terreno de juego y gol. Y otra vez a empezar. Hasta 32 goles (20 en la Bundesliga) marcó Müller en su última temporada con el Bayern, una cifra que aleja, y mucho, de toda tendencia crepuscular.
Sin embargo, la escasa eficacia mostrada en esta Eurocopa, unido al penalti errado en los cuartos de final contra Italia -"estaré un par de meses sin lanzarlos; mejoraré un poco la técnica", dijo al diario Bild-, le ha convertido en el gran sospechoso.
Ya encontró el delantero su tormento desde los once metros en la última semifinal de Champions contra el Atlético. La ausencia por lesión del ariete Mario Gómez, además, traslada buena parte de la responsabilidad ofensiva a Müller.
"Los goles no son mi gasolina. Más bien son la pintura de mi coche". Se excusa Müller de una manera de lo más peculiar. Aunque fue batir porteros lo que aceleró su fama. En el Mundial de 2010 se llevó la Bota de Oro al máximo goleador gracias a sus cinco tantos. En aquella cita, no pudo batirse a la campeona España en semifinales por sanción.
En el Mundial de 2014 conquistado por su selección, a Müller tampoco le fueron nada mal las cosas. Tanto que volvió a repetir cifra de tantos (cinco), aunque esta vez fue James Rodríguez quien se llevó el botín dorado con seis. "Puede usted meterse la bota por donde...", le soltó Müller, entre risas de bravucón, a una periodista mientras celebraba el título con su amigo Schweinsteiger.
Diez goles en Mundiales. Ninguno en Eurocopas (en la de 2012, no llegó a estrenarse en ninguno de los cinco partidos disputados). Esa es la estadística que retumba sobre la cabeza de un Müller que busca su redención.
El misterio de Müller
“Müller es imprevisible. Puede resurgir en los grandes partidos y marcar el gol decisivo”, afirma Kingsley Coman, delantero de Francia y compañero de Tomas Müller en el Bayern. Una reflexión que comparte buena parte de sus compañeros franceses, ansiosos por tomarse la revancha ante Alemania y temerosos ante la actuación del delantero del Bayern.
El miedo casi reverencial que Francia tiene ante Alemania se basa en las tres últimas experiencias en los Mundiales (1982, 1986 y 2014) saldadas con derrotas galas. Experiencias, por cierto, donde Francia sufrió los goles de delanteros alemanes con escaso bagaje a lo largo del torneo. En 1982, un gol de un lesionado Rummenigge abrió la increíble remontada germana en la semifinal jugada en el Ramón Sánchez Pizjuán (de 1-3 a 3-3 en el tiempo añadido). En 1986, Rudi Völler, que solo había marcado un gol en la primera fase del torneo ante Escocia, hizo el segundo tanto en la semifinal de Guadalajara para apear de la gloria por segunda vez al genial equipo comandado por Platini.
A nombres tan míticos como los de Rummenigge o Völler le sucede ahora Müller, uno de los mejores jugadores de Alemania. Un auténtico misterio envuelve al atacante del Bayern, que está realizando una Eurocopa muy discreta para su potencial, con el torneo continental. No solo no ha marcado todavía en este torneo, sino que tampoco lo hizo en la pasada edición de la Eurocopa 2012, donde Alemania cayó en semifinales.10 partidos en Eurocopas y cero goles. Su rendimiento, curiosamente, se dispara en los Mundiales.
En 2010 fue el máximo goleador del torneo con cinco goles, mientras que en 2014, donde Alemania fue campeona, hizo otros cinco y se quedó solo a uno de los seis que anotó James, máximo goleador del torneo. “No creo que haya jugado tan mal en esta Eurocopa”, afirmó el propio Müller, quien no pudo marcar ni de penalti en la tanda definitiva frente a Italia en el duelo de cuartos de final. Afectado en su ánimo, el delantero ha afirmado que no volverá a lanzar ningún penalti más. “Solo lo hará si el equipo me lo pide”, ha afirmado. “Los goles son importantes para mí, pero lo más importante es que la selección llegue lo más lejos posible. Ante Francia lo intentaré hacer lo mejor posible. El miedo no es uno de los sentimientos que prevalezcan en este grupo”, añadió el atacante alemán.
El seleccionador Joachim Löw ha tenido problemas para dar con el delantero titular de Alemania. Götze, irrelevante, fue sustituido por Mario Gómez, que cumplió en los partidos que jugó. Lesionado el atacante de origen español, Löw se plantea colocar a Müller de delantero centro. En el actual campeonato, Müller jugó por la banda derecha ante Ucrania, Polonia, Irlanda del Norte e Italia. En los dos primeros partidos solo hizo un remate sobre la puerta rival. Ante Irlanda del Norte, en su mejor encuentro, hizo hasta seis remates. Contra Italia, cuatro. En la ronda de octavos, frente a Eslovaquia, Müller abandonó la banda y jugó por el centro. Realizó cuatro remates.
Müller ha sido incapaz de rematar en más de una ocasión entre los tres palos y en dos encuentros, Ucrania y Polonia, ni siquiera lanzó a portería.
La sequía del bávaro llama la atención atendiendo a los números logrados con el Bayern a lo largo de la temporada: cuatro goles en la Copa de Alemania, 20 en la Bundesliga y ocho en la Liga de Campeones. 75 veces internacional por Alemania y con 32 tantos anotados, Müller no marca con la selección desde un amistoso previo ante Hungría el pasado 4 de junio.