El seleccionador del equipo italiano que se proclamó campeón del mundo en 2006, Marcello Lippi, rechazó el puesto de director técnico de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), una decisión que lamentó su presidente, Carlo Tavecchio, en Montpellier.
"Entiendo la decepción, pero hay que respetar las reglas de la federación", dijo Tavecchio, en el centro de entrenamiento del Montpellier, donde Italia prepara los octavos de final de la Eurocopa 2016, el lunes contra España en el Estadio de Francia.
La decisión de Marcello Lippi de no aceptar el puesto de director técnico y supervisor de equipos nacionales está motivada por una cuestión jurídica en relación a su hijo Davide, agente de jugadores.
Desde 2015 el reglamento prohíbe las relaciones entre empleados de la FIGC y los agentes. Davide Lippi estuvo implicado junto a su empresa de entonces, GEA, en el escándalo Calciopoli, en 2006, el año en el que su padre ganó el Mundial como seleccionador.
La corte federal de justicia interna de la FIGC, dirigida por Tavecchio, podría cambiar el reglamento, pero no se pronunciará hasta dentro de un mes.
