El entrenador español, Pep Guardiola, logró su sexto campeonato con el Bayern Múnich y se suma a los 14 que ganó con Barcelona. Ahora su nuevo desafío será en Inglaterra contra el Manchester City.
3 BUNDESLIGAS PERO DEUDA EN LA CHAMPIONS
Aun con su tercera Bundesliga (las tres que dirigió) consecutiva en el bolsillo, el técnico catalán convive con el karma de la Champions League: con el conjunto alemán tropezó las tres veces en semifinales con verdugos españoles.
El periodismo alemán le pegópor no haber incluido entre los titulares a Thomas Müller en el primer partido ante Atlético de Madrid y la revancha ofreció la paradoja de que fue el delantero quien falló un penal que podría haber cambiado la historia. Pep, como un caballero, no empujó a Müller a la hoguera. Entonces el periodismo volvió a atacar al técnico por su larga disputa con los médicos del club, que no es ningún secreto. Al catalán no le perdonan que haya sido él (y no el todopoderoso Bayern Munich) quien decidió mudarse al Manchester City y lo anunció en diciembre, mucho antes de que se pudiera instalar el debate sobre su continuidad.
Siempre se dijo que la apuesta de Guardiola en Alemania era contracultural y así fue. Pep le puso su impronta al Bayern, filosófica y táctica, cambió una maquinaria que funcionaba a la perfección, la embelleció, pero no pudo quedarse con todos los títulos como su antecesor Jupp Heynckes. Su Bayern fue durante estos tres años invariablemente uno de los tres mejores equipos del mundo y fue además un regalo para los que todavía esperan de un equipo de fútbol algo más que triunfos. Campeón de la posesión, lo suyo fue siempre tener la pelota y atacar. Siempre.
Lo que nadie puede discutir es que Guardiola suma seis títulos con el Bayern y 14 con el Barcelona. Veinte. En todas las temporadas que ejerció como entrenador ganó al menos un título. Y todavía le queda una copa más al alcance antes de despedirse del Bayern y asumir en el Manchester United: tendría que vencer al Borussia Dortmund, el 21 de mayo, en la final de la Copa de Alemania. No será tan fácil, el equipo amarillo también hizo una campaña de campeón y es el único en la Bundesliga que está a la altura.
Nada parece suficiente para este hombre de 45 años que desde que se hizo cargo del primer equipo del Barcelona en 2008 ganó todo y le movió el piso al fútbol del mundo. Porque a Pep no le alcanza con ganar, como tampoco le alcanza la táctica con que empieza un partido. Cambia y cambia. Como cuando inventó a Messi como nueve invisible, como cuando le puso pausa al vértigo alemán, como cuando en gran parte de esta reciente Bundesliga jugó con cinco delanteros.
Veinte títulos no es nada, parece decir Pep, que no se conforma. Claro, lejos está del impresionante récord de Sir Alex Ferguson, que suma 45. No tanto de los 25 de Ottmar Hitzfeld, el técnico más ganador de Alemania, o de los 22 de Giovanni Trapattoni. Los 19 del holandés Louis Van Gaal quedaron atrás.
Hijo futbolístico de Johan Cruyff, hermano adoptivo de Bielsa, Menotti, Juanma Lillo, hasta de La Volpe, Guardiola es el técnico más importante de la última década y para muchos, de la historia. Porque su colección de títulos viene siempre acompañada de un juego ofensivo, del riesgo, de una apuesta a la posesión permanente y a la belleza, de la lucha contra el conformismo.
Catorce títulos con Barcelona: 3 Ligas, 3 Supercopas de España, 2 Champions League, 2 Mundiales de Clubes y 2 Supercopas de Europa. (Y no se cuenta el que consiguió con el Barcelona B en 2007, el ascenso de la Tercera División a la segunda). Seis títulos con Bayern Munich: 3 Bundesligas, 1 Mundial de Clubes, 1 Copa de Alemania y 1 Supercopa de Europa. Nada es suficiente en el mundo del fútbol, al menos eso parece. Y nada es suficiente para calmar a Pep.
Todavía le dura la bronca tras la derrota ante el Atlético de Madrid. Todavía retumban en sus oídos las críticas. "Si la gente piensa que he fallado, tengo que aceptarlo. Los objetivos eran muy, muy grandes. No se puede conseguir un mejor resultado que el logró Jupp Heynckes, pero sé que mi periodo aquí no ha sido perfecto. Tengo que aceptarlo, pero estoy muy orgulloso de mi equipo", dijo Pep. Mientras la cerveza baña las cabezas de Lewandowski, Neuer, Lahm o Douglas Costa, Guardiola ya analiza cómo perforar la defensa del Dortmund. No piensa en el título número 20, ya es viejo.
Fuente: Diario Clarín Argentina