La sonada derrota del FC Barcelona merece explicaciones. Tras la derrota de los culés en los cuartos de final de la Champions, repasamos algunos de los puntos clave.
1. La inoperancia del tridente
El Barça puede presumir de tener la mejor delantera del mundo. Sin embargo, cuando los tres de arriba no están acertados el Barça lo acusa gravemente. El equipo vive de su acierto, alabado hasta el extremo cuando son imparables pero igual de condenable en un partido que requería de su acierto.
Suárez, activo, fue el único que lo intentó y se peleó con la defensa del Atlético,.Messi estuvo muy lejos de la zona de influencia y Neymar volvió a desaparecer, como en los últimos partidos. De hecho, el equipo echa terriblemente de menos la pólvora de los de arriba, especialmente la de Neymar y Messi.
Es la primera vez desde la llegada de Luis Enrique que el Barça se queda sin marcar en dos de los partidos seguidos.
2. Un inicio demasiado contemplativo
El Barça quiso enfriar el ambiente caldeado que se respiraba en el Calderón dejando correr el tiempo en la primera parte. Hasta que no llegó el gol de Griezmann a falta de 10 minutos del descanso, el conjunto azulgrana no se remangó. Fue demasiado contemplativo con el balón y después todo fueron prisas. Echó de menos esos minutos desperdiciados. El planteamiento de Luis Enrique se demostró erróneo. El Barça no sabe especular y cuando lo hizo acabó perdiendo.
3. La ausencia de un plan para encontrar espacios
El Atlético encontró el gol y se le puso el partido como quería Simeone. El orden defensivo de los rojiblancos se convirtió en un cerrojo indescifrable para los de Luis Enrique, que se estrellaron una y otra vez contra la maraña de hombres plantada en la frontal del área. El Barça careció de espacios pero tampoco supo crearlos.
Messi centró su posición en exceso y no pudo recibir nunca con libertad de movimientos. Tampoco encontró líneas de pase con Iniesta o Neymar. Los jugadores del Barça eran islas que se quitaban el balón de encima antes de que un jugador atlético apareciese para quitárselo. No hubo magia ni genialidad alguna, pero sobre todo no hubo plan para deshacer el orden de un disciplinado Atlético de Madrid.
4. El banquillo
Cuando peor marchaban las cosas para el Barça, Luis Enrique decidió mirar al banquillo para que hombres de refresco intentasen cambiar la dinámica del encuentro. El asturiano se encontró con Arda, Sergi Roberto y Munir como posibles soluciones ofensivas. Apostó por los dos primeros. El turco para buscar mayor precisión en el medio. El canterano para profundizar en lugar de Alves por la derecha. No había más.
La falta de profundidad de banquillo, uno de los problemas más evidentes con los que ha tenido que lidiar Luis Enrique, fue evidente ante una situación excepcional en la que se necesitaba profundidad, precisión y, sobre todo, gol.
5. El Atlético de Simeone
El Barça acumuló una nueva derrota en un mes horrible. El bajón del equipo azulgrana es indiscutible. Los resultados y las sensaciones así lo demuestran. Pero no menos importante fue el excelente rendimiento del equipo del Cholo Simeone. Si el fútbol es un juego de errores, el Atlético es de los equipos que menos se equivoca. Un orden defensivo intachable, un esfuerzo grupal lleno de solidaridad y un aprovechamiento encomiable de los recursos ofensivos hicieron a los colchones acreedores la victoria de forma justa.