El arquero guatemalteco Ricardo Jerez dejó una imagen que está dándole la vuelta al mundo del fútbol, porque luego que le cobraran un penal que consideró injusto, se negó a atajarlo, se cruzó de brazos y se paró junto al poste de su arco.
La polémica tardó varios minutos y Jerez se fue con una tarjeta amarilla. Todo sucedió al minuto 75, cuando su equipo, jugando la fase final del campeonato colombiano, perdía 2 a 0 contra el Independiente de Medellín.
Entonces el arbitro pitó un penal que no era. Jerez protestó, incluso le pidió al delantero contrario que lo tirara afuera por el “fair play“. Al final, el delantero de Medellín lo cobró fuerte y al centro y así Jerez pudo detener el tiro.