El seguimiento del tenis profesional en América Latina, y específicamente en Costa Rica, se ha consolidado como una actividad que trasciende el simple visionado de partidos, convirtiéndose en un evento social con rituales definidos.
Durante los Grand Slams y las ATP Finals, los aficionados adoptan una serie de costumbres y comportamientos colectivos que intensifican la experiencia y reflejan la pasión por este deporte. Estas prácticas van desde la organización de reuniones sociales hasta la participación en foros y plataformas digitales, demostrando un compromiso que va más allá del resultado final del encuentro.
La preparación del escenario: un evento social
Para muchos aficionados en Costa Rica, ver un partido importante de tenis es un evento social planificado. Las finales de torneos como Wimbledon o el US Open son el pretexto ideal para organizar reuniones con amigos y familiares. La preparación suele comenzar horas antes, con la organización de comidas o "bocas" típicas, como gallos de papa, chifrijo o vigorón, que se comparten mientras se analiza el previo del partido. La elección del lugar también es crucial; se busca un espacio con una pantalla grande y un sistema de sonido adecuado para no perder ningún detalle de la transmisión.
El anfitrión del encuentro asume un rol protagónico, asegurando que todos los elementos estén listos. Esto incluye desde la decoración con los colores de la bandera del país del jugador apoyado hasta la coordinación de las bebidas. En estos encuentros, la discusión previa se centra en las estadísticas, los enfrentamientos anteriores entre los jugadores y las predicciones sobre el resultado. Se comentan los análisis de expertos y se comparten datos curiosos obtenidos de fuentes especializadas o foros en línea. Este ritual social transforma un evento deportivo en una celebración comunitaria.
Vestimenta y amuletos: la superstición en la grada casera
La superstición juega un papel fundamental para el aficionado latinoamericano. Una de las costumbres más extendidas es el uso de una "camiseta de la suerte". Esta prenda, que puede ser la camiseta oficial de un jugador, una con los colores de su bandera o simplemente una que se usó durante una victoria anterior, se convierte en un amuleto indispensable. No lavarla durante el torneo mientras el jugador favorito sigue avanzando es una de las supersticiones más comunes.
Además de la vestimenta, otros objetos asumen un rol de amuleto. Banderas pequeñas, muñequeras o incluso tazas específicas para tomar café durante el partido son elementos recurrentes en estos rituales. La ubicación dentro de la sala también adquiere un significado. Muchos aficionados se aseguran de sentarse en el mismo lugar del sofá durante cada partido, creyendo que cambiar de sitio podría alterar la suerte del jugador. Estas prácticas, aunque irracionales, fortalecen el vínculo emocional del espectador con el evento, haciéndolo sentir parte activa del desarrollo del encuentro.
El componente digital: la segunda pantalla
La experiencia de ver tenis ha evolucionado con la tecnología. Hoy, la "segunda pantalla" (el teléfono móvil o la tableta) es una herramienta indispensable para el aficionado costarricense. Durante los partidos, es habitual que los espectadores participen activamente en redes sociales como X (anteriormente Twitter) y en grupos de WhatsApp o Telegram dedicados exclusivamente al tenis. En estos espacios se comentan los puntos clave en tiempo real, se comparten memes y se debate sobre las decisiones de los jueces o las estrategias de los jugadores.
Esta interacción digital permite a los fans sentirse parte de una comunidad más grande, conectando con otros aficionados del país y de la región. El análisis de cuotas y probabilidades en sitios especializados también se ha vuelto parte del ritual para un segmento del público. Plataformas de información deportiva como 1win Costa Rica son consultadas para obtener datos estadísticos que enriquecen la conversación y permiten hacer pronósticos más elaborados. El uso de hashtags específicos del torneo o de los jugadores ayuda a centralizar la conversación global, permitiendo a los fans de Costa Rica interactuar con una audiencia internacional.
Gastronomía y horarios: adaptando la rutina
Los Grand Slams se disputan en diferentes continentes, lo que obliga a los aficionados a adaptar sus rutinas a horarios a veces complicados. El Abierto de Australia, por ejemplo, exige trasnochar o madrugar, convirtiendo el café en el mejor aliado. Para estos partidos nocturnos, el ritual gastronómico cambia hacia opciones más ligeras o desayunos improvisados a altas horas de la noche. Se preparan gallo pinto o empanadas para acompañar la vigilia tenística.
Para los torneos europeos como Roland Garros o Wimbledon, los partidos suelen coincidir con la mañana o la tarde costarricense. Esto facilita la organización de almuerzos o cafés vespertinos. Los platos se adaptan al horario, pero la esencia del ritual se mantiene: compartir la comida mientras se disfruta del partido. Esta flexibilidad demuestra el alto nivel de compromiso del aficionado, que está dispuesto a modificar sus horarios de sueño y alimentación para no perderse los momentos decisivos de su deporte.
El análisis post-partido: la extensión del ritual
El ritual no termina con el último punto del partido. El análisis posterior es una parte integral de la experiencia. Inmediatamente después del encuentro, los aficionados continúan el debate, ya sea en persona o a través de medios digitales. Se analizan las jugadas más destacadas, los errores no forzados y los momentos que definieron el resultado. Se discute el impacto del partido en el ranking ATP o WTA y las perspectivas de los jugadores para futuros torneos.
Este momento de reflexión colectiva sirve para procesar la euforia de la victoria o la decepción de la derrota. Se comparten artículos de opinión, resúmenes en video y las ruedas de prensa de los jugadores. Esta fase del ritual consolida los lazos dentro de la comunidad de aficionados y mantiene viva la conversación sobre tenis hasta el próximo gran evento, cerrando un ciclo que se repetirá en la siguiente final.