-Murió expresidente de la Fedefútbol Hermes Navarro
“DON HERMES”
“La vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra”. (Lope de Vega)
Se nos fue. Si, se nos fue Don Hermes. Era un hecho inevitable, anunciado y, en modo alguno, retrasado e impedido. En suma, Don Hermes eligió disfrutar y morir viviendo, aun contraviniendo todas las disposiciones médicas recibidas. Pero así era Don Hermes.
Su imagen, en círculos pequeños, y en distancias coloquiales, perdurará como un gran conversador, siempre con el puro encendido y la hielera cerca para compartir con los consuetudinarios invitados.
Era amigo de sus amigos. Amante del fútbol, de su entrañable Municipal Puntarenas y, sobre todo, arriesgado en sus iniciativas y propósitos. En suma, emprendedor y pocos argumentos le detenían si él tenía entre ceja y sea un proyecto por realizar.
No era oculto que nació en Cartago, pero se le tildó de puntarenense. Sus empresas y sus éxitos empresariales radicaron en el Pacifico, aunque lo extendiera a otros lares; empero “por el Puerto daba la vida”.
Logró en 1986, rodeado de amigos y gente que le hablaba al oído, como Toribio Rojas y Marvin Rodríguez, hacer de un equipo pequeño, un campeón nacional. Incluso arrebatarle el título, en una noche mágica en el Morera Soto, a la propia L.D. Alajuense. Aquel gol de Díaz encumbro a “los anaranjados” a la cumbre del pódium. ¡No fue casualidad!
Se rodeó de gente del fútbol, siendo Don Antonio Moyano Reina su referente y el hombre al que acudía para recibir consejos, tomar medidas o enderezar la barca. Y le iba muy bien, pues "Moyano se las sabia todas". Y Don Hermes así lo valoraba. Le quería tanto o más como amigo que de asesor. Y ese afecto lo extendió a toda su familia: Maribel, Miriam y “Toñito”. Incluso el bueno y extrañado "Toñito" laboró con Don Hermes en sus empresas porteñas y josefinas, convirtiéndose en su "hombre de confianza".
De Radio Sonora se puede dar fe, que aun siendo el propio Don Hermes y Don Isaac Sasso los dueños, nunca nadie recibió orden alguna para tamizar los comentarios. Si en la Federación Costarricense de Futbol, a su mando, o en su querido M. Puntarenas se equivocaban, la crítica era transparente y en modo alguno cuestionada. Y eso le honraba.
Don Hermes fue un grande. En el fútbol, en la vida, en los negocios y en el sutil lazo de la amistad. Esta la cultivaba con sus personas más próximas. ¡Duele mucho, sí duele!. Pero él, Ingrid, Tamara, Hermes, sus hijos y amigos sabíamos que “eligió morir viviendo”, sin recato ni limites. Un adiós, aflamencado -a él le encantaba- y un buen vino en la mesa.
Para: www.everardoherrera.com
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