Voces
Tras hacerse un nombre en los cortos, el director español Ángel Gómez debuta en los largometrajes en una película de terror donde lo que es escucha es tan espeluznante como lo que se ve. O más bien, lo que no se ve.
De eso puede dar fe el niño de ocho años que conocemos al comienzo del relato, el pequeño Eric (Lucas Blas), a quien unas extrañas voces no lo dejan descansar.
Junto a sus padres, Sara (Belén Fabra) y Daniel (Rodolfo Sancho), se acaban de mudar a una casa que compraron para refaccionar y luego vender. Pero el niño se siente inquieto en este nuevo lugar y tiene comportamientos extraños, incluso en el colegio, donde llegó a morder al director.
Luego de un par de hechos trágicos, Daniel sospecha que esos sonidos tendrían que ver con todo lo oscuro que pasa ahí. Por eso contacta a Germán (Ramón Barea), un experto en psicofonía, los sonidos que quedan registrados en diferentes aparatos y que sin ellos no se pueden oír.
Así, Voces convence con una vuelta al subgénero de la casa embrujada, para poner a la sicofonías -habitualmente un elemento más de las historias de terror- en el eje central de su narración.