Comer grasas con sus precios tan asequibles se ha vuelto una rutina para las personas que buscan salir del apuro y evitar cocinar.
Pero, comerlas en exceso puede traerle problemas a nuestro cuerpo como el colesterol alto, que desemboca también en problemas del corazón y muchas enfermedades más.
Ante esto, es bueno conocer también que hay grases saludables que se pueden incluir a nuestra dieta que son muy beneficiosas y que dan mucho gusto al paladar.
Así lo explica Mundo Deportivo
Nuestra alimentación siempre tiene que ser equilibrada. La clave está en la moderación. En otras palabras, se puede comer de todo sin abusar, ni en las cantidades ni de un alimento en particular. Concretamente cabe centrarse en los agentes palatables de los alimentos, aquellos que incluyen importantes cantidades sal, azúcar y grasas.
Tendemos a pensar que todas las grasas son nocivas y que tenemos que eliminarlas de nuestra dieta sin dejar ni rastro. Los alimentos bajos en grasas, reducidos en grasas y sin grasas (magros) son comercializados como más saludables. Sin embargo, algunos lo son y otros no.
Cuando se trata de grasas en la dieta, lo que más importa es el tipo de grasa que consume. A diferencia de los consejos dietéticos que promueven las dietas bajas en grasas, las investigaciones más recientes muestran que las grasas saludables son necesarias y beneficiosas para la salud, apunta la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
Cabe distinguir entre diferentes tipos de grasas. En concreto, los especialistas hablan de tres clases:
Grasas no saturadas
Se trata de grasas buenas. Necesarias para nuestro organismo y que se encuentran principalmente en las verduras, frutos secos, semillas y pescado. A temperatura ambiente, estas grasas son líquidas, no sólidas. Hay dos categorías grandes de grasas buenas: grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. El principal representante del primer grupo es el ácido oleico, presente en el aceite de oliva. En el segundo grupo de este tipo, se encuentran principalmente alimentos de origen vegetal, también en los pescados y mariscos.
Si juntamos ambos grupos, la lista de alimentos que obtenemos es extensa: frutos secos, productos de soja, aceite de oliva, aceite de maní, aceite de canola, aguacates, atún blanco o salmón.
Grasas trans
Las autoridades sanitarias advierten que son el peor tipo de grasas alimentarias, porque aumentan el riesgo de enfermedades, incluso cuando se consumen en pequeñas cantidades, explica la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. Los alimentos que contienen grasas trans se encuentran principalmente en alimentos procesados elaborados con grasas trans de aceite parcialmente hidrogenado.
Grasas saturadas
Aunque no son tan dañinas como las grasas trans, también tienen un impacto negativo en la salud. Por tanto, es mejor consumirlas con moderación. La Fundación Española de la Nutrición (FEN), recuerda que el consumo elevado de grasa saturada en la dieta aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Según la Sociedad Americana del Cáncer, este tipo de grasas se encuentran en la carne y en otros productos de origen animal, tales como mantequilla o manteca, queso y en toda leche salvo la leche descremada. Son sólidas a temperatura ambiente. Sin embargo, las grasas saturadas también se encuentran de forma líquida en los aceites de palma y de coco, los cuales se suelen usar en los productos de panadería habituales en cualquier el supermercado
Dos ideas fundamentales
Los nutricionistas españoles explican que, en nuestra dieta, debe predominar el aceite de oliva y disminuir las grasas saturadas (embutidos y carnes grasas). Por su parte, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomienda reducir las grasas trans y hacer de las grasas saturadas solo del 5% al 6% de las calorías totales diarias.
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